09/12/2007
Héctor
Focanti La Plaza que se encuentra en Av.
Independencia al 4200
Por favor: En la referencia de la Plaza (o como se le llame) que se encuentra en Av.
Independencia entre Mármol y Muñiz, haga referencia a que allí se encontraba
la Escuela Florentino Ameghino, de varones, en la cual, por supuesto, yo
cursé desde tercer grado al sexto (1949 a 1952); desde el "primero inferior"
hasta el segundo grado los cursé en el Marcelo Torcuato de Alvear, en AV. La
Plata al 600, el cual en esa época ¡era mixto! (1946 a 1948), tengo alguna
foto, y yo vivía en Av. La PLata 630.
La escuela Florentino Ameghino estaba, hoy está la plaza, en Av.
Independencia al 4200, acera sur (números pares), por lo tanto Boedo. Le adjunto un par de fotos tomadas hoy mismo de la plaza y de un cartel que
la identifica; como verá no es una plaza digamos del GCBA si no que está
gestionada por una Asociación Vecinal Florantino Ameghino, cuya sede, según
se ve en la página del GCBA, se halla en el Parque Avellaneda. A título
anecdótico también le hago llegar algo así como una foto del banderín que
"acredita" la existencia de la Escuela y de mi promoción, la 57 del año
1952; fíjese Ud.!, que tiempos!, nos entregaban un banderín!
- haciendo doble click sobre la imagen puede ampliarla -
Envío además dos fotos, con la idea que algún visitante de la
página se reconozca en ellas.
Una del 2° Grado en la Marcelo T. de Alvear, hoy existente aún en Av. La
Plata al 600, aunque muy cambiada, ya que ha perdido su jardín delantero. La
foto corresponde al año 1948, el nombre de la maestra no lo recuerdo, pero
sí su bondad; en esta foto yo soy, en la segunda fila desde arriba, el
tercero de izquierda a derecha; como dato anecdótico recuerdo que la niña
con el bucle sobre la frente (al lado de la maestra) era por la que todos
nos pelábamos para conquistarla.

La otra foto corresponde al 5° Grado del Florentino Ameghino, 1951, con
el queridísimo Maestro Pampinella, a quien tuvimos en 5° y 6° Grado, pintor
Él, tanto que le obsequiamos al egresar del primario una valija de pintura
completa, y él nos obsequió con una pequeña pintura de su hechura; en esta
foto yo soy el cuarto de la fila de arriba de todo. En esta última foto
puedo aún nombrar a algunos: Colao (el primero de arriba), Jacobson (el
siguiente), Comin (el 6°, tenía una bicicletería en Viel y Formosa),
Escalada ¿? (el segundo de la segunda fila), Torrado (4° de la segunda fila,
el prolijo), Belenda (¿?) el octavo?)), Lotito (el segundo de la fila
inferior). El Director de lujo era el Mtro. Alvaro Pedro Porley.

También aprovecharé esta oportunidad para contar algo que siempre me ha
sorprendido no hallar en diversas crónicas de la Ciudad., y que a mis trece
años resultó algo muy impactante.
Como dije antes, yo vivía en Av. La Plata 630, y como la mayoría de los
chicos de aquella época, 1945 en adelante, buena parte del día la pasábamos
en la calle, y yo tenía la rara afición a entrometerme en todos los
comercios de la zona, y los podría nombrar uno por uno.
Alrededor de 1951 comienzan las obras para la pavimentación de la
Avenida, con lo que se levantaron las plazoletas centrales y el adoquinado.
En la cuadra del 600, frente a mi casa se instaló el obrador de la
empresa, NOVOBRA, que realizó el trabajo, y donde también fui a meter las
narices; este obrador permaneció allí durante más de dos años, lo que
produjo la ruina de muchos de los comercios de esa cuadra (el obrador
ocupaba todo, quedando apenas la vereda libre).
Una característica de la obra era que con los mismos adoquines existentes
de la calle se fraccionaban en allí mismo en ocho partes y esos cubos
resultantes se volvían a colocar sobre una base de concreto con una cama de
arena.
El fraccionado de los adoquines lo hacían picapedreros instalados en
puestos de trabajo que se hallaban en las calles Estados Unidos, entre Muñiz
y Av. La Plata, y Valle, entre Senillosa y Av. La Plata.
Cada lugar de trabajo de los picapedreros se convertía en una montaña de
escallas de granito alrededor del asiento del trabajador, formado a su vez
por una pila de adoquines.
En el interín se produce la muerte de Eva Perón, y todos y cada uno de
esos puestos de trabajo con los montículos de granito se convirtieron
por la acción de los vecinos en altares en los que se velaba a Eva Perón,
cada uno con una foto, velas, flores, estampitas, etc. durante varias noches
completas.
No faltaba la habitual fogata, la batata asada a la brasa o el mate.
Felicitaciones por la página. Cordialmente.
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