San Luis, 15 de mayo de 2008
Estimados colegas Villaortuzenses: Nací y viví en la calle Tronador 551 hasta que cumplí un año, y luego viví, desde el año 1945 hasta 1971, en la calle 14 de julio, entre Stephenson e Iturri.
Recuerdo casi todo lo que contaron mis cohabitantes del barrio, en distintas épocas. El hielero, los tachos de basura forrados con papel de diario, el canto de los gallos, la fábrica de dulces Dâmerico, que inundaba el patio de la escuela General Acha con olor a dulce de duraznos, de ciruelas o del que tocaba fabricar ese día, cuando salíamos al recreo, la copa de leche que repartía una portera gordita en una mesa de dos pisos que parecía una camilla con ruedas, llena de vasos de leche humeante. El ir a buscar los pancitos en una bolsita que era de nuestro grado (cada grado tenía la suya), y levantar la mano para pedir el pancito que sobraba si algún alumno había faltado.
Ya en la adolescencia, la escuela nocturna en la misma General Acha, con sus clase de taquigrafía y dactilografía, llena de risas de compañeros y amigos de toda la vida.
Por último, mi mayor recuerdo es para el Club Atlético Unión de Villa Ortúzar, para los del barrio, CAUVO a secas. Nunca voy a olvidar sus bailes, las reuniones de la «subcomisión de Fiestas», su gran patio adornado para los bailes de carnaval y mi mamá, y las madres de todas mis amigas, yendo y viniendo con nosotras, pues era imposible ir a bailar sin la presencia de ellas.
Creo que muchos de los que lean estos recuerdos habrán disfrutado de lo mismo. Para todos ellos, un abrazo de: Norma Casalnuovo
Norma Casalnuovo [email protected]