Es una vergüenza el estado del Jardín Botánico. Hace 50 años que paseo por allí y nunca vi una cosa igual. Dejadez total. La gente entra con bebidas y comida, se sienta en el césped, se hacen picnics sobre el césped, se duerme la siesta, se camina por el pasto, sin que nadie controle nada. Es un espacio de conservación. No hay control alguno. He ido a hablar a la administración del Jardín y me han dicho que no tienen suficiente personal. Sin embargo, concurriendo casi todos los días varias horas jamás vi algún empleado solicitando no permanecer en el césped o pisarlo. Una verdadera vergüenza. Ni hablar del desquicio de las ferias ni de los espectáculos nocturnos de hace un tiempo. Además ingresan vehículos a nafta por Beruti todos los días.
Los empleados utilizan el interior como estacionamiento con vehículos a nafta cuyas emisiones de gases afectan a las plantas, árboles, aves e insectos del lugar.
A todo esto hay que sumar los senderos no demarcados, los senderos obstruidos por el crecimiento de los árboles y arbustos sin podar, la falta de poda también de las plantas que salen al exterior especialmente en la calle Siria y que pudieran provocar accidentes, la sobreabundancia de enredaderas en los solares antiguamente con césped y cuya finalidad todo parece indicar que se trata de una sustitución con el solo fin de evitar cortar el pasto. Los solares con enredaderas en el suelo alcanzan muchas veces una altura de entre 20 y 30 cms o más. La falta de agua en las hermosas fuentes. Un verdadero disparate para el presupuesto de la Ciudad de Buenos Aires.
Un sitio histórico prácticamente abandonado a su suerte. Conservación cero. A nadie parece importarle. Parece ser que ninguna autoridad recorre el predio y si lo hizo es realmente inepta. Espero que alguien tome medidas. Pero en más de 50 años concurriendo nunca vi algo igual. Una pena.
