Cristina Suárez – La Sociedad Luz

A fines del siglo XIX la noción de «pueblo» no era un concepto vacío, fue motor de importantes ideales de transformación, como los que impulsaron a los fundadores de la «Sociedad Luz».

Nació en 1899 como Universidad del Pueblo. Era entonces el auge de diferentes vertientes de cultura popular paralelas al sistema oficial, que aún seguía siendo un privilegio para pocos. En ese marco, la sociedad abría sus puertas a los trabajadores con el ideal, establecido en sus estatutos, de enseñar y difundir «la ciencia en todas sus expresiones». «Educación sin requisitos previos» fue el principio básico que dio forma a la entidad que hoy tiene más de un siglo de vida.

Fue Juan B. Justo el encargado de llevar adelante estos ideales y eligió a Ángel M. Giménez para poner en marcha la nueva institución.

Contemporáneo de Alfredo Palacios, Giménez dedicó su vida a la Sociedad, de la que estuvo al frente durante 42 años, hasta el día de su muerte.

Médico, higienista, fue también concejal y diputado. «Toda su dieta la donaba a esta institución», había otro compromiso con el pueblo dice Miguel Tevelevich presidente de la Comisión Directiva de la Sociedad.

En el campo de la cultura popular, la obra de la Sociedad fue notable, La clase trabajadora -inmigrantes y criollos- pudo  acceder a obras de la literatura universal, científica  y políticas. Además de la biblioteca, se realizaban conferencias, espectáculos teatrales y cursos. Pero la actividad principal, fueron las campañas de prevención de enfermedades como el tabaquismo, el alcoholismo, el cáncer y la tuberculosis.

Muchos de los que participaban de esta institución eran médicos, Alicia M. de Justo, Enrique del Valle Iberlucea, Nicolás Repetto y Ángel Roffo, entre otros.

Parte del tesoro que hasta hoy permanece en la biblioteca son los cuadernillos que se publicaban en esa época para la «socialización de la medicina».

La Sociedad Luz, con más de 100 años de existencia sigue garantizando como en sus comienzos que «el pueblo» devolviéndole el valor de aquel entonces, tenga acceso a los  libros, como lo soñaron sus fundadores.

Texto del diario vecinal «SUR» escrito por F.Pérez (Sep.2005)

Cristina Suárez