Floresta tiene ese «no sé qué» que la hace inolvidable.
Su señorío, su impecable arquitectura, de un barrio hecho con alma y sabiduría, donde sus cimientos quedaron en el dibujo eterno de la historia imborrable.
GST
Floresta tiene ese «no sé qué» que la hace inolvidable.
Su señorío, su impecable arquitectura, de un barrio hecho con alma y sabiduría, donde sus cimientos quedaron en el dibujo eterno de la historia imborrable.
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