El barrio se fundó a principios de siglo siendo su fundador, don José Soldati, hombre progresista y trabajador, que ha fundado también Villa Lugano. Colaboró con él la compañía de Ferrocarril y se pudo así construir lo que es la actual estación que lleva su nombre.
Es una zona baja, con zonas que en una época se inundaban, los peores años fueron los de 1911 y 1913, cuyas inundaciones asolaron la Villa y retrocedieron su progreso al punto de que nadie quería vivir en ella por el peligro que ello significaba. Fue uno de los últimos barrios en recibir la luz eléctrica y así su último farol a kerosene se apagó en 1931. El medio de transporte más usado, después del tren eran los «breacks», o «carros tirados por caballos».
Como corolario al atraso que sufría la Villa, se sumó alrededor de los años 40 un nuevo problema. Se destinaron varias hectáreas al vaciadero de la basura que provenía de la Capital Federal. Esto derivó en un receptáculo de alimañas, guarida de mal vivientes, y de cirujas. Pronto esta zona se vio envuelta en una densa y repulsiva humareda, convirtiéndose en un lugar insalubre que afectó a muchos de sus vecinos.