El 1 de Diciembre de 1911 quedó habilitado un apeadero del F.C. Oeste (luego Domingo F. Sarmiento), al que se denominó Villa Luro, apellido de la familia de la que uno de sus miembros (Pedro Olegario) fuera propietario de tierras de estos lugares.
En 1923 esta parada fue trasladada a su actual emplazamiento, en el que casi no se registran elementos de lo que fuera un importante nudo ferroviario, teniendo en cuenta que en él tenían su cabecera dos ramales: uno hacia el Barrio de Versalles (El Trencito) y el otro hasta empalmar con el ex FC Pacífico.
Con el tren y los tranvías, por las Av. J. B. Alberdi y Rivadavia, comenzaría un proceso de urbanización que iría modificando el paisaje rural, de este sector de la ciudad, ocupado hasta entonces, fundamentalmente, por quintas de hortalizas y hornos de ladrillos. La cría de ovejas no fue ajena, al igual que algunos tambos, siendo el más recordado La Granja Nacional de los hermanos Pedro y Julio Costa, cuyo edificio principal se mantuviera en pie hasta la década del 60, funcionando en él, una de las paradas que existieron sobre el Camino Real, lugar de congregación de lugareños y caminantes.
Villa Luro posee un rico historial, aunque lamentablemente perdido como consecuencia de la indiferencia hacia la tradición, construcciones que hubieran contribuido a conocer y comprender períodos de nuestra historia y pasado colonial, como la casa de Los Virreyes, en Monte Castro, edificación que estuviera emplazada en la manzana comprendida por las calles: San Blas, Moliere, Camarones y Virgilio.
A principios del Siglo XX los talleres del ferrocarril, con su monumental obra, comenzarían a “domar” al terrible Arroyo Maldonado, entubado en la década del 30, y una legión de trabajadores, del mismo, se establecería en sus alrededores, poblando gran parte del Barrio al igual que a los de Liniers y Versalles.
Villa Luro, a quien Hugo Corradi bautizara El Barrio Centenario, pugna por no perder su identidad “la conexión con el pasado, requisito indispensable para una nueva y segura tradición”, tal como lo expresara, alguna vez, el historiador Sigfrido Giedion y que permita como parte de la Comuna 10 su presencia en los futuros diseños urbanos de la ciudad.
JUNTA DE ESTUDIOS HISTORICOS DE VILLA LURO
– Arroyo Maldonado: «El arroyo Maldonado era uno de los límites naturales de la ciudad, antes de que se incorporaran los entonces pueblos de Belgrano y Flores. Debe su nombre a la leyenda de «la Maldonado», una mujer que vino con Don Pedro de Mendoza en el año 1536, y que fuera librada a su suerte en la llanura en las márgenes del arroyo. Este se convertiría en un depósito de basuras y desperdicios. Cuando llovía, recibía el agua de una gran superficie de terrenos, del que era desagüe natural, y se transformaba en una enorme laguna de agua sucia, por ello era pintoresco pero muy temido por sus desbordes y por ese motivo los terrenos adyacentes a él quedaban desvalorizados. Las autoridades decidieron que el arroyo sería entubado, como solución definitiva para los múltiples problemas que ocasionaba su curso a través de una ciudad que se extendía cada vez más ‘tierra adentro’. En el año 1929 se comenzó a trabajar en las excavaciones. Luego de este importante trabajo, que ocupó centenares de obreros y máquinas que fueron traídas del exterior, se emprendió la segunda etapa: un verdadero alarde de ingeniería que consistía en levantar columnas destinadas a soportar una losa gigantesca. Fue la obra de más trascendencia que fuera realizada en esa época en la Capital, fue proyectada por Obras Sanitarias dela Nación, como parte integrante de un amplio plan de desagües pluviales de la metrópoli. Luego de entubado el arroyo, se construye sobre él una amplia calle – primero de tierra – y en el año 1936 se resuelve construir la actual Juan B. Justo. Bajo ésta corre entubado el arroyo, y en su trayecto por la ciudad, cruza los barrios de Liniers, Villa Luro, Vélez Sarsfield, Santa Rita, Villa General Mitre, Villa Crespo y Palermo.» – Información obtenida de los posters desplegables realizados en el marco del Programa «Patrimonio de los Barrios: Ningún futuro sin pasado«, desarrollado por la Dirección General de Patrimonio, en el año 2004. Fragmentos del libro: «Historia y leyenda del arroyo Maldonado» Cuadernos de Buenos Aires XXXVIII. Diego A. Del Pino . Setiembre 1971 -.