Villa General Mitre: Historia

Su nombre le fue dado en homenaje al que fuera presidente de la Nación Argentina, Don Bartolomé Mitre.

Las tierras que sirven de límite con el barrio de Caballito pertenecían a Don Francisco Ruiz de Gaona (1713-1813) que era un comerciante y funcionario del lugar. Ese lugar era conocido como  el «Estanco de Gaona«. Las tierras que estaban en las inmediaciones del arroyo Maldonado, pertenecían a Nepomuceno Marquez y Ventura Martinez. El 6 de Noviembre de 1908 nace la Villa Gral. Mitre.

Se crea la liga de fomento del barrio, que posteriormente pasaría a ser  el Club Villa General Mitre. Al principio estaba formado por grandes quintas de verduras, alfalfares y hornos de ladrillos y su población estaba integrada por inmigrantes italianos y españoles. Existía una casona colonial  perteneciente a la familia Dounone.  En 1901 llega a la zona la Madre Francisca Javier Cabrini, con el objetivo de fundar una escuela.  En 1910 visita el barrio la Infanta Isabel. 

Antiguamente, formó parte de Flores y de Santa Rita, otros la confunden con la Paternal. Lo cierto es que Villa Mitre es tan transitada como poco conocida por su nombre que solo es respetado en el catastro de la Municipalidad.

Se puede decir de él que entre los años 30 y 50, eligieron este barrio para instalarse gran cantidad de inmigrantes que desembarcaron procedentes de todo el mundo: gallegos, italianos, judíos, vascos, árabes, gitanos, quienes trabajaron afanosamente para labrarse un porvenir, convirtiéndolo en un barrio pujante, donde abrieron todo tipo de negocios y se instalaron algunas industrias.

Arroyo Maldonado: «El arroyo Maldonado era uno de los límites naturales de la ciudad, antes de que se incorporaran los entonces pueblos de Belgrano y Flores. Debe su nombre a la leyenda de «la Maldonado», una mujer que vino con Don Pedro de Mendoza en el año 1536, y que fuera librada a su suerte en la llanura en las márgenes del arroyo. Este se convertiría en un depósito de basuras y desperdicios. Cuando llovía, recibía el agua de una gran superficie de terrenos, del que era desagüe natural, y se transformaba en una enorme laguna de agua sucia, por ello era pintoresco pero muy temido por sus desbordes y por ese motivo los terrenos adyacentes a él quedaban desvalorizados. Las autoridades decidieron que el arroyo sería entubado, como solución definitiva para los múltiples problemas que ocasionaba su curso a través de una ciudad que se extendía cada vez más ‘tierra adentro’. En el año 1929 se comenzó a trabajar en las excavaciones. Luego de este importante trabajo, que ocupó centenares de obreros y máquinas que fueron traídas del exterior, se emprendió la segunda etapa: un verdadero alarde de ingeniería que consistía en levantar columnas destinadas a soportar una losa gigantesca. Fue la obra de más trascendencia que fuera realizada en esa época en la Capital, fue proyectada por Obras Sanitarias dela Nación, como parte integrante de un amplio plan de desagües pluviales de la metrópoli. Luego de entubado el arroyo, se construye sobre él una amplia calle – primero de tierra – y en el año 1936 se resuelve construir la actual Juan B. Justo. Bajo ésta corre entubado el arroyo, y en su trayecto por la ciudad, cruza los barrios de Liniers, Villa Luro, Vélez Sarsfield, Santa Rita, Villa General Mitre, Villa Crespo y Palermo.» – Información obtenida de los posters desplegables realizados en el marco del Programa «Patrimonio de los Barrios: Ningún futuro sin pasado«, desarrollado por la Dirección General de Patrimonio, en el año 2004. Fragmentos del libro: «Historia y leyenda del arroyo Maldonado» Cuadernos de Buenos Aires XXXVIII. Diego A. Del Pino . Setiembre 1971-.

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