Hay quienes aseguran que Villa Crespo fue la cuna del tango, pero es un tema muy discutido con otros barrios porteños, que se disputan el mismo título. Lo que si es cierto es que en él se han inspirado innumerables músicos y poetas que lo han dejado escrito en sus memorables tangos. Vacarezza afirma en su tango «Maldonado» que Villa Crespo es el lugar donde mejor se bailaba el tango.
Ese tango arrabalero, el de los compadritos de andar cadencioso, con sus pañuelos de seda al cuello y sus polainas bordadas. Muchos son los cafés exclusivos de esta música ciudadana, tan rechazada por la alta sociedad en sus orígenes y afortunadamente tan rescatada y admirada en estos tiempos, no solo por los argentinos sino también por la gente de muchos países, como Japón donde se ha impuesto.