El pasado 30 de agosto el barrio de Barracas cumplió 154 años de vida, por Ley 1155 de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se fijó ese día como el día de Barracas.
Fui invitada al programa radial am1010 Onda Latina «SENTIMIENTO PORTEÑO», conducido por Roberto Villalobos y por María Moran, Columnista Eugenia Mazza y Producción Paola Sosa, para hablar sobre Barracas.
Ellos se contactaron conmigo ya que soy notera en esta Web y escribo sobre ese barrio, donde vivo y trabajo como docente hace más de 21 años.
Me hicieron preguntas sobre su historia, sus personajes, sus mitos y sus leyendas, todos esos guardados en la memoria de los habitantes de tan valioso barrio.
Hablé sobre cómo era antes vivir en Barracas, cuando el trabajo traía con un pito de sirenas a miles de inmigrantes que venían de otros lugares de Buenos Aires a trabajar en las fábricas que se agrupaban aquí. Hoy ya las fábricas están cerradas, en sus edificios hay Loft, Shopping, oficinas, centros comerciales, supermercados o están abandonadas, como Pitaluga, Medias Paris, Quaker, Aguila, Bagley, Terrabussi, Canale, etc.
Qué lindo era al entrar al barrio, una vez pasado Constitución cuando el olor a galletitas y a chocolate inundaba el aire, cuando se notaba la vida sencilla y familiera. Cuando al mediodía salía de las casas el aroma a la sopa y al pan recién horneado de las madres o abuelas esperando a los chicos y al padre para comer en familia, todos alrededor de la mesa larga coronadas con la presencia de los abuelos que solían vivir con ellos.
También el olor a las glicinas, a los jazmines y a los malvones marcaban las siestas dormidas de los patios de las casas que poblaban el barrio.
Los olores nos trasladan a nuestras vivencias a nuestros días felices o tristes y nos traen nostalgias de esos días vividos no hace mucho tiempo, a veces nos recuerdan una cita con un amor en nuestra adolescencia o a una ruptura no deseada, a un picnic de primavera, a nuestro primer baile, a la casa de nuestra niñez, al patio de la casa de los abuelos, cuántas nostalgias nos despiertan los olores.
Cada barrio encierra esos recuerdos y los olores lo unen a las nostalgias de los que viven o vivieron en ellos.
El conductor del programa me preguntó ¿cómo hago para enseñarles a mis alumnos el amor por el barrio, donde también está la escuela donde enseño?
Es difícil trasmitir un sentimiento de algo que no se conoce o no se puede asociar a un sentimiento propio, empiezo por hacerles hacer una investigación sobre la historia de Barracas. Es muy raro que al conocerla no se cautiven con ella, está tan cargada de acontecimientos que pueblan los libros de historia que ellos conocen (Las Invasiones Inglesas, el Almirante Guillermo Brown, La época de Rosas, unitarios y federales, La Reconquista, La Fundación de Buenos Aires, los saladeros, la vida del Buenos Aires colonial, el Riachuelo, la carrera de sortija, las carretas, la posta, las payadas, y las historias de amor que guarda este barrio que apasiona al que las descubre, como la de Felicitas Guerrero, La pulpera de Santa Lucía, La de la hija del Almirante Brown.
Así como un día pudo enamorarme a mí que no nací aquí, termina por hacer lo mismo con todo aquél que conoce su historia y pasea por sus calles donde todavía hay huellas de la misma.
Ese día, en el programa recité una poesía que yo hice tratando de reflejar algo de todo lo que encierra este barrio.
Historias tejidas
por Cristina Suárez
En aquellos tiempos
de pasados siglos
en la calle Larga
se escribía la historias.
Pasaban carretas
con ruedas de barro
y en tu larga calle
dejaban su huella.
Poetas y artistas
volcaron pasiones
con sus plumas llenas
de amor e ilusiones.
Y los trovadores
en noche estrellada
te ponían música
y también payadas.
No te faltó nada,
las serenatas
detrás de las rejas
ni la luz tan tenue
de la madrugada
Me gustó mucho que me invitaran a hablar sobre el tema y que me tengan como referencia de un barrio que es lindo siempre, antes por todo el bagaje de recuerdos y tradiciones y hoy porque se puede hablar de él y nunca se agotan las anécdotas.