Ra
Los legisladores porteños, Guillermo González Heredia (Vamos Juntos) y Claudia Neira (Frente de Todos), presentaron sendos proyectos en la Legislatura porteña relacionados con dos íconos del 2×4: Astor Piazzolla y Anibal Troilo. Las iniciativas buscan renombrar a la Estación de la Línea B como “Florida – Astor Piazzolla» y manifestar la preocupación por la vandalización de la casa que habitó Anibal Troilo. #AnibalTroilo #AstorPiazzolla #ClaudiaNeira #GuilleroGonzalezHeredia #ProyectodeLey #ProyectodeDeclaración #LegislaturaCABA #LineaB #Vandalización
Por el lado del legislador de Vamos Juntos, Guillermo González Heredia, se propone que se denomine “Florida – Astor Piazzolla» a la actual Estación Florida de la Línea B, dando a conocer la “histórica de la vida de Astor Piazzolla”. Tal como se desprende del articulado de la iniciativa que se base en los artículos 89 y 90 de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
A la hora de fundamentar el proyecto de Ley, Heredia expone que el objetivo es “reconocer la trayectoria y la excelencia artística de Astor Piazzolla, en el año de su centenario, con acciones concretas y perdurables en el tiempo”.
En la obra del autor de Decarissimo, Milonga del ángel, La muerte del ángel, Invierno porteño, Buenos Aires hora cero, Balada para un loco y Adiós, Nonino, señala el legislador, “conviven el género tradicional, la música clásica y el jazz entremezclan sus lenguajes, técnicas y estilos, lo que les confiere un aspecto novedoso y de un considerable atractivo, a pesar de lo cual despertaron el rechazo de los círculos tanguísticos más conservadores”.
Asegura Heredia que resulta “razonable honrar a Astor Piazzolla y su legado artístico a 100 años de su nacimiento, con la denominación de una estación del Subterráneo de la Ciudad de Buenos Aires con su nombre, ubicada en el centro de la misma, en donde ha interpretado su música en diversos escenarios. A su vez, es para destacar que en la calle Florida 161 se encuentra el Teatro Astor Piazzolla».
En el caso de Claudia Neira el proyecto de Declaración manifiesta su «preocupación ante la vandalización a la que fue objeto la casa que habitó el célebre compositor y músico, Aníbal Troilo, sito en Soler 3280 de la Comuna 14«, solicitando «al Gobierno de la Ciudad que arbitre los medios necesarios para la puesta en valor y restauración de la fachada, así como las medidas de seguridad para prevenir nuevos hechos de estas características«.
En los fundamentos, la legisladora del Frente de Todos rescata que «en la casa de Soler, vivieron Felisa Bagnolo, madre del banoneonista, y su padre, homónimo del artista» en donde, luego de mudarse, regresaron al domicilio en cuestión «en la que Troilo encontró su hogar, y donde buscó inspiración para componer alguna de sus grandes obras«.
Da a conocer que «días atrás la casa natal de nuestro artista fue encontrada vandalizada con pintura en aerosol, mancillando así un edificio que se encuentra declarado por esta Legislatura como sitio de interés histórico de la Ciudad«.
Frente a esto, dice Neira, «el patrimonio de nuestra Ciudad debe ser resguardado, tomando todas las medidas necesarias para que la memoria y la cultura vivan en cada espacio de nuestra Ciudad«, agregando que «el cuidado y protección del patrimonio cultural e intangible de una ciudad que vive y respira cultura es clave para construir la memoria y la identidad de nuestra porteñidad«, por lo cual «es indispensable que el Gobierno de la Ciudad efectúe las medidas necesarias para restaurar el sitio y disponga las medidas de seguridad necesarias a fin de prevenir nuevos hechos como el acontecido«.
Proyecto de ley del Legisladora Guillero González Heredia – Astor Piazzolla
Artículo 1°.- Denomínese “Florida – Astor Piazzolla» a la actual Estación Florida de la Línea B de Subterráneos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Artículo 2°.- El Poder Ejecutivo colocará en la citada Estación de Subterráneo la carteleria correspondiente con una reseña histórica de la vida de Astor Piazzolla.
Artículo 3 °.- Publíquese y cúmplase con lo dispuesto en los Artículos 89, inciso 3º y 90 de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
FUNDAMENTOS
La propuesta tiene por objeto reconocer la trayectoria y la excelencia artística de Astor Piazzolla, en el año de su centenario, con acciones concretas y perdurables en el tiempo.
Astor Piazzolla nació en Mar del Plata el 11 de marzo de 1921. Compositor y bandoneonista argentino, fue uno de los artífices de la renovación del tango, sobre todo a partir de 1955, año en que regresó a Argentina después de un período de estudios en París bajo la dirección de Nadia Boulanger, célebre pedagoga que le aconsejó no olvidar nunca la música popular, precepto que el músico tuvo siempre presente. Decarissimo, Milonga del ángel, La muerte del ángel, Invierno porteño, Buenos Aires hora cero, Balada para un loco y Adiós, Nonino son algunos de sus tangos más populares. En ellos conviven el género tradicional, la música clásica y el jazz entremezclan sus lenguajes, técnicas y estilos, lo que les confiere un aspecto novedoso y de un considerable atractivo, a pesar de lo cual despertaron el rechazo de los círculos tanguísticos más conservadores. A Piazzolla se le debe también un valioso «Concierto para bandoneón y orquesta», importante por todo lo que supone de reivindicación de este instrumento, más allá del papel de acompañamiento en conjuntos de baile.
Hijo de un inmigrante italiano admirador de Gardel, Astor Piazzolla nació en Mar del Plata en 1921, pero de pequeño marchó con sus padres a vivir a Nueva York, donde residió desde 1924. En 1929 don Vicente regaló a su hijo un bandoneón de segunda mano, instrumento que quedaría asociado a su figura. Estudió música bajo la tutela de Bela Wilda, maestro ruso discípulo de Rachmaninov , y de él aprendió a transcribir y ejecutar a Bach y a Schumann. En Nueva York conoció a Carlos Gardel, y surgió entre ambos una larga amistad que derivó incluso en la fugaz participación del músico, como actor, en la película El día que me quieras, donde interpretaba a un canillita.
De vuelta a la Argentina, se radicó en la Ciudad de Buenos Aires y actuó como bandoneonista en las orquestas de Miguel Caló y Aníbal Troilo; en ésta se encargó también de los arreglos. Perfeccionó, mientras tanto, su técnica con el músico clásico Alberto Ginastera. En 1944, Piazzolla se desvinculó de Troilo para dirigir la orquesta que acompañó al cantante Francisco Fiorentino. Prosiguió con su labor como arreglador para las orquestas de José Basso, Miguel Caló y Francini-Pontier. También en esta época escribió piezas de música culta, como Rapsodia porteña (1952) y Sinfonía de Buenos Aires (1953), en cuya instrumentación incluyó bandoneones. Ese año viajó a París para estudiar con la famosa pedagoga Nadia Boulanger, quien lo convenció de que persistiera en el camino del tango.
A su regreso a la Argentina, Piazzolla convocó a músicos de primera línea y formó el Octeto Buenos Aires, con Enrique Mario Francini y Hugo Baralis en violines, Roberto Pansera en bandoneón, José Bragato en violonchelo, Aldo Nicolini en bajo, Horacio Malvicino en guitarra eléctrica y Atilio Stampone en piano. Varias de las versiones del Octeto influyeron de manera determinante en la futura evolución del tango, debido a sus novedades rítmicas y contrapuntísticas. Cuando en 1959 murió su padre, Piazzolla compuso en su homenaje acaso su obra más bella: Adiós, Nonino.
En 1960, después de una estadía en Estados Unidos, donde su estilo se presentó como jazz-tango, formó un quinteto por cuyas sucesivas formaciones pasarían músicos tales como Elvio Bardaro, Dante Amicarelli, Antonio Agri, Horacio Malvicino, Oscar López Ruiz, Kicho Díaz, Osvaldo Manzi y Cacho Tirao.
En 1968, Piazzolla compuso con el poeta Horacio Ferrer la opera María de Buenos Aires, para once instrumentos, recitante y cantantes femenino y masculino. En 1969 comenzó a escribir, también junto con Ferrer, temas para la voz de Amelita Baltar. Compusieron así Balada para un loco, que se convertiría en un gran éxito popular, y en cuya estela surgieron otras composiciones de cariz similar, como Balada para mi muerte, Balada para Él y Chiquilín de Bachín.
A la vuelta de un viaje a París, Piazzolla rearmó su antiguo octeto y emprendió la composición de temas más largos y ambiciosos, alejados de los esquemas clásicos del tango-canción. Entre esas experiencias se cuentan algunas de sus páginas más famosas, como una nueva versión de Adiós, Nonino (la primera se remonta a 1959), Muralla china, las cuatro partes de Pulsación y la música de numerosas películas. Siempre atraído por el jazz, en 1974 grabó un disco junto al gran saxofonista Gerry Mulligan. De 1972 es el Concierto de nácar para nueve tanguistas y orquesta; de 1976, la Suite troileana, compuesta en honor a su maestro Aníbal Troilo; y, de 1979, su Concierto para bandoneón, piano, cuerda y percusión.
El prestigio de Piazzolla fue amplio en Europa y en Argentina. La influencia de Astor y de la nueva estética musical que supo imponer en el tango marcó de forma insoslayable a las generaciones más jóvenes de artistas inclinados hacia la música popular de Buenos Aires. Así, por ejemplo, el bandoneonista y compositor Eduardo Rovira, que se apartó de los cánones tradicionales del tango y fundó la Agrupación de Tango Moderno en 1960. Otro destacado músico, Rodolfo Mederos, es seguramente el más destacado seguidor de Astor Piazzolla como bandoneonista.
Astor Piazzolla, en 1982, escribió Le Grand Tango, para chelo y piano, dedicado al gran chelista ruso Mstislav Rostropovich. La obra fue estrenada por éste ocho años mas tarde.
En 1983 el Teatro Colón de Buenos Aires, máximo escenario argentino de la música culta, le rindió el homenaje que merecía: un programa íntegramente dedicado a su obra. Para la ocasión Astor rearmó el Conjunto 9 e intervino como solista de su célebre Concierto para bandoneón y orquesta junto a la sinfónica dirigida por Pedro Ignacio Calderón.
En 1984 actuó con la cantante Milva, registró Live at the Bouffes du Nord y se presentó con el Quinteto en Viena, donde grabó el CD Live in Wien.
En 1985 fue nombrado Ciudadano Ilustre de Buenos Aires y estrenó en Bélgica su Concierto para Bandoneón y Guitarra: Homenaje a Lieja, con la dirección de Leo Brouwer en el Quinto Festival Internacional de Guitarra.
En 1986 obtuvo en París el Premio Cesar por la banda sonora del filme El exilio de Gardel y participó en el Festival de Jazz de Montreux, Suiza, donde grabó en vivo con Gary Burton la Suite for Vibraphone and New Tango Quintet.
Un año más tarde, con la Orquesta de St. Luke’s, dirigida por Lalo Schifrin, grabó en vivo, en Central Park de Nueva York, ante una multitud extasiada, sus Concierto para Bandoneón y Tres Tangos para Bandoneón y Orquesta. Finalmente la ciudad de su infancia le prestaba atención. Así lo documentan los discos editados en Estados Unidos en el último tramo de los ’80: entre otros, Tango Zero Hour, Tango apasionado, La Camorra, Five Tango Sensations (con el Kronos Quartet), Piazzolla con Gary Burton. En 1988, pocos meses después de grabar La Camorra, fue operado del corazón (cuatro by-pass). Y en los primeros tramos de 1989 formó el que sería su último conjunto, el Sexteto Nuevo Tango, de formación inusual: dos bandoneones, piano, guitarra eléctrica, contrabajo y violonchelo.
En junio de ese año se presentó con él en el Teatro Ópera de Buenos Aires y cumplió una extensa gira por Estados Unidos, Alemania, Inglaterra y Holanda.
A fines de 1989 disolvió el conjunto y continuó presentándose como solista con cuartetos de cuerdas y orquestas sinfónicas. La revista Down Beat lo calificó uno de los mejores instrumentistas del mundo. El 4 de agosto de 1990, en París, sufrió una trombosis cerebral. Después de casi dos años de sufrir las consecuencias de esta enfermedad, murió en Buenos Aires el 4 de julio de 1992. Los más de mil títulos de su obra influyeron sobre los mejores creadores de su época y dieron al tango un nuevo rostro, universal.
Consideramos razonable honrar a Astor Piazzolla y su legado artístico a 100 años de su nacimiento, con la denominación de una estación del Subterráneo de la Ciudad de Buenos Aires con su nombre, ubicada en el centro de la misma, en donde ha interpretado su música en diversos escenarios. A su vez, es para destacar que en la calle Florida 161 se encuentra el Teatro Astor Piazzolla.
La dimensión de Astor Piazzolla en Argentina y en el mundo, sumado a la marcada representatividad en sus obras hacia la Ciudad hacen de este proyecto un acto de justicia.
Es por los motivos expuestos que se solicita la aprobación del presente Proyecto de Ley.
Proyecto de Declaración de la Legisladora Claudia Neira – Anibal Troilo
La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires expresa su preocupación ante la vandalización a la que fue objeto la casa que habitó el célebre compositor y músico, Aníbal Troilo, sito en Soler 3280 de la Comuna 14.
Asimismo, solicita al Gobierno de la Ciudad que arbitre los medios necesarios para la puesta en valor y restauración de la fachada, así como las medidas de seguridad para prevenir nuevos hechos de estas características.
FUNDAMENTOS
Aníbal Carmelo Troilo, conocido también como “Pichuco», fue un importante compositor y músico argentino. Reconocido hasta actualidad, el bandoneonista nacido un 11 de julio de 1914 de ascendencia italiana, ha alcanzado relevancia para el tango y la música popular de nuestro país. En el momento en el que recibió su primer bandoneón, a los 10 años de edad, Troilo comenzó un camino que rápidamente lo llevaría a dedicar su vida a la música. Desde aquél entonces, hasta el día de su fallecimiento, a los 60 años de edad, marcó la historia del tango como pocos.
En la casa de Soler, vivieron Felisa Bagnolo, madre del banoneonista, y su padre, homónimo del artista. En ese mismo lugar, también nació Marcos, el hermano mayor, y allí falleció su hermana, Concepción, lo que determinó que el matrimonio Troilo decidiera alquilar otra vivienda, en Cabrera 2937. Es en ese lugar nacería quien se transformó en uno de los íconos emblemáticos del tango y la música argentina. Sin embargo, más adelante, la familia regresó a la casa de la calle Soler a la que refiere este proyecto. Es en esta casa del barrio de Palermo en la que Troilo encontró su hogar, y donde buscó inspiración para componer alguna de sus grandes obras.
Días atrás la casa natal de nuestro artista fue encontrada vandalizada con pintura en aerosol, mancillando así un edificio que se encuentra declarado por esta Legislatura como sitio de interés histórico de la Ciudad (Ley N° 2476)
El patrimonio de nuestra Ciudad debe ser resguardado, tomando todas las medidas necesarias para que la memoria y la cultura vivan en cada espacio de nuestra Ciudad. Hace un año atrás, debimos intervenir en un caso de similares características por el robo de una placa alegrórica al escritor Jorge L. Borges (Exp. N° 109-D-2020). El cuidado y protección del patrimonio cultural e intangible de una ciudad que vive y respira cultura es clave para construir la memoria y la identidad de nuestra porteñidad. Es indispensable que el Gobierno de la Ciudad efectúe las medidas necesarias para restaurar el sitio y disponga las medidas de seguridad necesarias a fin de prevenir nuevos hechos como el acontecido.
Por todo lo expuesto, solicito la aprobación del presente proyecto de declaración.