por Agustín Gallego
Secretario de la Junta de Estudios Históricos de Coghlan
La Parroquia Santa María de los Ángeles conmemoró el 40º aniversario del fallecimiento del Fray Antonio de Monterosso.
El sábado 12 de Junio, una centena de fieles se congregaron en el templo de Rómulo Naón y Tamborini para evocar la memoria de quien fuera su primer párroco, el Padre Antonio de Monterosso, a 40 años de su tránsito.
La emotiva ceremonia fue presidida por el Cardenal Jorge Mario Bergoglio s.j., Arzobispo de Buenos Aires, quien estuvo acompañado por Fr. Leonardo Ariel González Ruilopez, Ministro de la Provincia del Rio de la Plata de la Orden Franciscana Capuchina, y Fr. Luis Coscia, actual Párroco de Santa María de los Ángeles.
En su homilía, el Cardenal Bergoglio distinguió las virtudes del Padre Antonio de Monterosso, a quien tuvo la gracia de conocer, como hombre de misericordia y de consuelo.
La celebración contó con la presencia de integrantes de la Pía Unión Vocacionista, congragación platense fundada por el homenajeado y erigida canónicamente por la Arquidiócesis de La Plata en 1968, y sirvió para ejecutar la clausura del Año Sacerdotal.
Un santo sacerdote que amaba a Dios y a las almas.Su biografía cuenta que nació en Monterosso al Mare, un pequeño pueblito de La Spezia (Italia), el 16 de diciembre de 1895 bajo el nombre de Juan Bautista Durante.
Ingresó en el Noviciado de San Bernabé en Génova, donde se le impuso el nombre de Antonio de Monterosso debido a los favores recibidos de San Antonio de Padua al ayudarlo a superar los ataques de epilepsia que sufría cuando niño y en coincidencia con el lugar de su nacimiento.
Recibió la ordenación sacerdotal en 1922. Hacía 1928, encontrándose en Montevideo, fue enviado a Buenos Aires y destinado, bajo el cargo de Superior, a la novel capilla ubicada en aquel paraje cercano a la estación Coghlan.
Fue nombrado primer cura párroco de Santa María de los Ángeles en abril de 1930.
Desde ese momento, fiel a su espíritu misionero, trabajó incansablemente por los habitantes de la zona, lo que provocó su vigencia en la memoria de muchos de ellos hasta el día de hoy.
Recorrió pueblos, parroquias, colegios, capillas, cárceles, hospitales y casas religiosas, llevando la Palabra de Dios.
Instituyó hacia el año 1931, en Santa María de los Ángeles, el 1º centro de la Acción Católica de la Argentina.
Logró cumplir con marcado éxito la dirección de la Misión y Asistencia Religiosa a los Italianos en Argentina (MARIA), tarea encomendada por el Arzobispado porteño; y la presidencia del Comité Italiano durante el Congreso Eucarístico Internacional de 1934, considerado un hito en la historia eclesiástica argentina.
De relevante importancia resulta la formación de los Grupos de Oración, creados por el P. Antonio siguiendo directivas pontificias y consejos del Padre Pio. También tuvo una profusa actividad como escritor.
Su muerte tuvo lugar el 10 de junio de 1970 en la ciudad de La Plata. Desde 1972, luego de haber permanecido en el cementario de Chacarita, sus restos fueron trasladados al lugar donde hoy descansa: la Parroquia Santa María de los Ángeles, su casa.