Rodolfo «Fito» Nogueira: Nostalgias de un tiempo lindo

Los recuerdos te llenan el corazón de tal manera, que la nostalgia se convierte en un bálsamo para la vida, donde no habría psicología alguna, que pueda definir científicamente toda su intensidad.

Tal sensación, me provocó al irrumpir casi fortuitamente en esta web, donde me encuentro no sólo con las efemérides del barrio, sino también con personajes y lugares que tienen en mi vida un valor tan grande que no podría explicarlo en toda su dimensión a través de esta nota.-

A Parque Patricios, jamás podré dejarlo en el olvido, ya que me proveyó de experiencias de todo tipo, me posibilitó cosechar y conocer la amistad, dándome la enseñanza de códigos que marcaron mi personalidad para el resto de mi vida.

Cómo podría olvidarme del Pasaje “ La Estrella ”, lugar que me vio nacer, (en una de las habitaciones del depto. 24 ), o “del gallego Jesús”, portero de los años cincuenta, cuando los departamentos aún eran alquilados, cabrón como ninguno, pero con una calidez que muy pocos conocían . Cuando mi viejo decidió que él fuera mi padrino de bautismo, sus amigos pensaron que mi papá me tenia bronca, dado que el carácter de Don Jesús parecía mostrar que a los chicos los quería eliminar del globo terráqueo, sin embargo recibí de él, a través de los años, muestras de bondad y cariño, que muy pocas personas pudieron darme.

Cómo no recordar, a don Tomás Siciliano, papá de Graciela, en cuya casa se instaló la primera T.V. del Pasaje, y me invitaba a ver dibujos animados por televisión, junto a su familia.- 

Del “pelado” Juan Carlos Sosa, vecino del depto.17, que en mi bronconeumonía, casi terminal, a mis cinco años, venía cada cuatro horas a mi casa, a darme las inyecciones medicadas, sin preocuparse por las interrupciones en su sueño de madrugada.- 

Cómo me voy a olvidar de Don Nicanor Alvarez, del depto.22, que arreglaba todas las roturas de mis juguetes, y siempre escuchábamos por radio, desde su terraza, los partidos del domingo.

De Carlos y Maria Luisa Devoto, que fueron siempre desde mi nacimiento hasta sus últimos días de vida, personas que siempre me brindaron su bondad y respeto.

Cómo poder olvidarme del “Toto” Silva” y su infaltable cigarrillo, encargado de primera, leal, respetuoso, trabajador, honesto, y con un valor agregado que muy pocas personas pueden tener : fue querido por todos.

Parque Patricios,….. me diste amigos que hoy me cuidan desde el cielo, como el “gordo” Figueroa, el “negrito” Alcalde, Osvaldo Marchetto, el “gordo” Novoa, Norberto Gómez o el querido Enrique Etchegaray, o como los que aún perduran como “Palito” Alvarado, abonado a sufrir juntos desde cualquier cancha que juegue nuestro querido Huracán, o el “flaco” Carlos De Maria ( hoy pesa 120 kilos) que a pesar que siempre discutíamos por estar en veredas opuestas, como el fútbol, la política, la música, etc., lo quiero como un hermano .-

Cómo me puedo olvidar del “Pasaje”, si sus paredes las compartí con MARÍA, el ser que más cariño me brindó en la vida, la que me nutrió con su gran amor de madre los mejores ejemplos que pueda haber recibido, por eso agradezco a Dios que fue tan noble conmigo, y me dio la posibilidad de continuar su querido nombre en mis dos hermosas hijas, frutos del amor, ya eterno, que empezamos a forjar entre sus paredes junto a mi adorada y entrañable mujer Alicia, desde hace 28 años.

Si bien las circunstancias del destino, me llevaron a tener como residencia otra geografía, se que mis cenizas quedarán distribuidas en lugares que fueron muy caros a mis sentimientos, y podré decir como Pichuco Troilo, “ YO NUNCA VOLVERÉ AL BARRIO, PORQUE JAMAS ME FUI”.

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