Entre los sectores de Loma Alegre y Zavaleta nació una nuevo espacio verde: Plaza Kevin, en el barrio de Barracas, cuyos vecinos ahora tienen un lugar para compartir sus experiencias y encuentros. La Subsecretaría de Hábitat e Inclusión estuvo a cargo del proyecto al que sumó obras de cloacas y pluviales en las viviendas circundantes. El nombre del espacio conmemora la triste historia de dos niños que murieron en el lugar.
Plaza Kevin se pensó junto a los vecinos donde a través de mesas participativas compartieron sus ideas e inquietudes. «En Loma Alegre nunca tuvimos una plaza o un lugar para que vayan a jugar los chicos. El lugar antes era un desierto lleno de basura y ver la plaza hoy me llena el alma», se emociona María Zubieta, vecina y delegada de Loma Alegre y encargada del Comedor Madre Teresa de Calcuta.
La obra de la plaza reemplazó la tierra por solados con piso de caucho reciclado y juegos inclusivos para los más chicos.
A través de las obras de infraestructura se cambiaron e instalaron nuevos caños cloacales y pluviales desde el Pasaje Kevin hacia la plaza. Esto permite que el espacio no se inunde cuando llueve y que los vecinos puedan acceder a los servicios formales. La conexión a la red fue acompañada por una concientización sobre el cuidado de las cloacas. También los frentes de las casas fueron revocados donde se hicieron murales participativos.
«La obra cloacal y pluvial fue muy importante para el lugar, ya que era una zona de inundación», comenta Alejandra Díaz, vecina del barrio e integrante de La Garganta Poderosa.
La plaza lleva el nombre de dos niños que murieron cerca del territorio de la plaza. Para recordar ambas historias la puesta en valor de Plaza Kevin se planteó de manera dual, con una mano proyectada en cada piso de caucho para recordar a los dos Kevin.
«Ver la plaza hoy me llena de orgullo porque recuerdo cuando mi hijo ayudaba a construir la plaza antes. La plaza representa simbólicamente «unión, amistad y compañerismo» que era todo lo que Kevin irradiaba», dijo Roxana Venegas, madre de uno de los niños.
La inauguración del espacio empezó con una batucada integrada por jóvenes del barrio y seguida de Danzas Rítmicas del programa Arte en Barrios del Ministerio de Cultura de la Ciudad. El equipo de Manos de Mujer de Villa 21-24 y Zavaleta hizo una plantada comunitaria con los chicos en la plaza. También se acercó el Padre Guillermo y bendijo el lugar y una foto de Kevin.
Con las últimas luces de la tarde, la Bombocova dio una clase abierta de percusión a todos los niños que habían asistido. Durante el cierre los vecinos bailaron bachata.
«Ahora no estamos solos, estamos acompañados y sabemos que todo lleva un proceso. Sabemos que tiene que haber un cambio, una realidad para el barrio, sabemos que no es de un día para el otro. Hoy por hoy ves la plaza llena de niños. Ahora pueden estar en un lugar más limpio, no van a pisar el barro, no va a salir más todo el desecho que largan las cloacas y todo eso es algo que se ve a lo lejos, a lo cerca. Se ve ese cambio rotundo acá en nuestro barrio», concluyó María Zubieta.
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