Tanto la que por siempre ha sido la plaza más linda de la ciudad, la plaza San Martín, como la calle vidriera de nuestra metrópolis, la calle Florida, lucen hoy por hoy sus peores caras.
Florida se ve degradada, deteriorada, okupada, de a ratos intransitable , por lo que en lo personal he dejado de utilizarla tanto para paseos como para compras.
La plaza vive su peor momento con bancos rotos, baldosas flojas, tierra y plantas secas, yuyos y basura por doquier, y la fuente frente a la Cancillería desactivada. Se le suma por estos días el estar cercada, cerrada, anulada, estropeada, convertida en una mezcla de estadio y toldería para promocionar empresas.
Con mi conciencia ciudadana tranquila por haber hecho varios reclamos al gobierno e incluso haber movilizado vecinos en relación a todo esto, sólo me queda depositar mis esperanzas en alguna nueva gestión que entienda que tanto la plaza como la calle son espacios públicos que deben estar en óptimas condiciones para los vecinos y para los turistas que ven en ellos una «foto» de qué tipo de sociedad somos.
Lic Esteban Marcelo Mascotto