por Martín A. Cagliani – publicado en su página
Los orígenes de las plazas porteñas hay que buscarlos en los terrenos baldíos o «huecos», terrenos propios del municipio. Fueron baldíos, entre otras, la plaza Garay, Vicente López, Constitución, Miserere, de la Concepción, Lavalle, Suipacha, Libertad, etc. La mayoría de las plazas, salvo la Plaza de Mayo, nacieron solas, muy pocas veces hubo alguna premeditación. No solo se originaron de baldíos o «huecos», sino también de altos de carretas, mercados, quintas, mataderos, hornos de ladrillos, corrales, basurales, cementerios o sobrantes municipales. Un ejemplo de alto de carretas es la actual plaza Dorrego, ¿de mercado? La plaza Constitución, la plaza Lavalle fue quinta, la plaza España un matadero.
El «hueco» era un punto de referencia dentro de la ciudad, y en él se reunían lecheros, cuarteadores, etc, a jugar a la taba y demás diversiones. También en estos huecos paraban a descansar las carretas que venían del interior, antes de llegar a la Plaza de Mayo o a los diferentes mercados; aunque a veces vendían ahí mismo las mercancías que traían. Los «huecos» tenían, como todo, su nombre; algunos de ellos bastante curiosos. Estaba el «hueco de Doña Engracia» (plaza Libertad) así llamado por una mujer negra que era la única que lo habitaba, «de las cabecitas» (plaza Vicente López) y «de los sauces» (Garay). Estos «huecos» no estaban desprovistos de árboles, no eran todos terrenos planos. Algunos hasta contaban con un ombú.
Muchas son las plazas que no llegaron a nuestros días, o fueron tapadas con edificios o con nuevas calles y avenidas. Una de las más famosas que desaparecieron fue la Plaza Montserrat, que también se llamo Moreno, Belgrano y San Martín, obviamente en diferentes momentos. En ella se creo la primera plaza de toros. Esta plaza fue mas tarde borrada por la avenida 9 de Julio.
La utilización de las plazas fue cambiando, de ser solo «huecos» multifunción, pasaron a ser paseos y sitios de recreación, en los cuales se podía y puede contemplar jardines, árboles bellos e importantes monumentos y fuentes.
Dentro de los limites de Buenos Aires, que mide 197 kilómetros cuadrados, hay 46 barrios con sus correspondientes limites señalados. Algunos de estos barrios no tienen ni una plaza, pero hay otros como Caballito o Palermo que tienen muchas plazas y parques.
Veamos la historia de algunas de las más importantes plazas de la ciudad, comencemos por la más importante y más antigua: la Plaza de Mayo.
Plaza de Mayo
La Plaza de Mayo, plaza mayor de Buenos Aires, es tan antigua como la ciudad misma. Juan de Garay cuando fundo la ciudad de Trinidad puerto de Buenos Aires, dejó trazado el lugar de la Plaza Mayor. Desde los comienzos de la ciudad, la Plaza de Mayo fue escenario de todos los acontecimientos conmovedores de su historia. Esta plaza vio como todas las convulsiones políticas y las fiestas populares más importantes se desarrollaban sobre sus tierras a lo largo de 420 años.
La Plaza de Mayo, como Plaza Mayor, era un sitio multiuso: en ella se llevaban a cabo ceremonias religiosas y oficiales, estaba el mercado, era estacionamiento de carretas, corridas de toros, ejecuciones publicas o cepos de castigo. Pero a pesar de ser tan importante no era mas que un descampado barroso y polvoriento, dependiendo del clima, que recién fue mejorado en 1803 con la construcción de la Recova, de la cual hablaré más tarde.
A lo largo de tantos años es de imaginar que la plaza tubo innumerables cambios, incluso de nombre. En un comienzo era llamada Plaza Mayor y ocupaba menos espacio que ahora, ya que en la mitad norte, frente a la actual Casa Rosada, estaban los jesuitas, desde 1608 a 1665. Cuando los jesuitas se trasladaron a otro lugar, la zona se transformó en un baldío con los restos de edificios, al que llamaban Plaza de Armas (también Plaza del Mercado) y donde hacían sus alardes las milicias, también ahí se instaló la horca, justo donde hoy esta la estatua de Belgrano, durante más de un siglo fue escenario de las ejecuciones, espectáculo macabro al que asistía mucho público. El resto del terreno de la actual Plaza de Mayo, o sea frente al Cabildo, era paradero de carretas y mercado y era llamado Plaza Mayor. Hay que imaginarse este mercado como muy precario. En un comienzo era «de piso», o sea, vendían sobre mantas o ponchos y luego se vendía con «bandolas», que eran unos cajones a modo de puestos de feria.
Casi tan antiguas como la plaza son las palomas, ya en 1755 se tiene que poner una cubierta al balcón del Cabildo a causa de ellas, y los regalitos que dejan detrás de sí.
Recién en 1803 se concretan los proyectos para embellecer la plaza. Se construye la Recova, una magnífica construcción que consistía en dos tiras de 20 locales de largo cada una (10 de cada lado) separadas por un espacio que al año siguiente fue cerrado por un arco central. Los locales tenían su frente hacia ambos lados de la Recova, apuntando 20 al Cabildo y 20 al Fuerte. Quedaba así dividida la plaza. Tenía 11 arcos en cada ala, techo con azotea. A su gran arco central se trasladó la horca, colgándose a los ajusticiados por espacio de varias horas.
La Recova fue la primera galería comercial de Buenos Aires, y estaba ocupada por diversos comerciantes que pagaban entre 14 y 20 pesos mensuales de alquiler. Había vendedores apiñados en la doble fila de cuartitos, ofreciendo de todo para la gente de clase baja, desde ropa hecha hasta monturas. En 1805 el virrey Sobremonte hizo empedrar el camino que iba del Fuerte (actual Casa Rosada) al arco central de la Recova y dispuso que las carretas se dirigieran a otras plazas, la de Montserrat y la de San Nicolas. Durante las Invasiones Inglesas la Recova cobro gran importancia, ya que los ingleses se defendieron desde sus techos y arcos contra las tropas reconquistadoras, y ahí mismo en la Plaza de Mayo se libró la batalla final por la Reconquista.
Gracias a la Recova la plaza quedaba dividida en dos, de un lado la Plaza de Armas o del Fuerte y del otro la Plaza Mayor, que desde 1808 se llamaría Plaza de la Victoria en conmemoración de la victoria sobre los ingleses en 1806. La parte que daba al Fuerte luego de 1810 paso a llamarse 25 de Mayo. En esta parte, justo donde hoy esta la estatua de Belgrano, funcionaba un improvisado mercado de alimentos hacia 1815.
En 1811 aparece otro gran protagonista de la plaza: la Pirámide de Mayo. Su erección fue todo un acontecimiento, ya que se trataba del primer monumento de la ciudad. Se coloca en el centro de la Plaza de la Victoria (manzana frente al Cabildo). En 1856 una comisión encarga a Prilidiano Pueyrredón, la tarea de remozar al monumento. Pueyrredón la eleva a 18 metros y medio y le coloca la estatua de la libertad. A ambos lados de la Pirámide había dos fuentes de hierro, que mas tarde se movieron y actualmente están frente al Teatro Colón.
Recién en 1872 ambas plazas tuvieron un aspecto digno de un paseo. Fue gracias a una comisión de vecinos, que también se encargaban del mantenimiento. El 24 de septiembre de 1873, se inaugura el monumento al general Dr. Manuel Belgrano, hasta 1886 estuvo ubicada en el centro de la Plaza 25 de mayo (frente al Fuerte) mirando hacia el oeste pero luego de esta fecha se la traslada frente a la Casa de Gobierno y dirigida hacia el norte.
Ya en 1883 el intendente de Buenos Aires, Torcuato de Alvear, compra la Recova y la destruye en cinco días, también a los árboles que rodeaban la plaza. Las palmeras que están hoy en la plaza ya estaban desde antes y se ordeno que se las quitase, pero como todos sabrán las palmeras siguen ahí. Así, con la demolición de la Recova las dos plazas quedan unidas en la que se llama Plaza de Mayo. En realidad la plaza continuó dividida por la calle defensa, pero en 1890 ésta se cerró.
Al francés Charles Thays, arquitecto y paisajista, se le deben todas las mejoras en las plazas de Buenos Aires. Les dio jardines con bellas plantas y árboles. Thays actuó en nuestra ciudad desde 1891 hasta su muerte en 1934. A la Plaza de Mayo le realizo un cambio total, se desmontó el terreno, se lo alisó e igualo en altura al de las calles circundantes. Transplantó algunas de las palmeras, llevándolas al Parque 3 de Febrero y trajo de este ultimo algunos plátanos. Le diseño caminitos en cruz y canteros. En 1895 se inauguró el alumbrado eléctrico y en 1904 se le agregaron dos estanques circulares luminosos. En 1913 se excavan sus entrañas para que por debajo de ella pase el subterráneo.
La imagen de la plaza siguió cambiando y mejorando hasta nuestros días, pero ahora solo tenía un objetivo, ser un paseo lindo, no mas mercados, ni carretas, ni ejecuciones, pero sí paso a ser el escenario predilecto de todas las manifestaciones publicas. Muchas manifestaciones se dieron en su suelo, de las más sonadas fue la del 17 de octubre de 1945; hasta la bombardeó la aviación naval en junio de 1955 y finalmente asumiría un nuevo símbolo a partir de abril de 1977 cuando las Madres exigían respuestas sobre sus hijos desaparecidos. Y finalmente con el regreso de la democracia la plaza albergó a miles de personas en 1983, que querían festejar el regreso a la libertad.
Plaza San Martín
Es una de las plazas más antiguas de la ciudad y también una de las más hermosas, por su exuberante vegetación, grandes y bellos árboles y gran variedad de plantas. Alberga el monumento a los caídos en Malvinas.
Cuando Garay fundo la ciudad, estableció los limites de la traza, o sea, el perímetro que encierra las manzanas habitables. También estableció el ejido, que era el espacio de tierra que rodeaba la traza, y la separaba de las quintas, destinado para el uso común del pueblo. Parte de este terreno fue cedido en 1692 por el gobernador Robles al vecino Miguel de Riglos, en una jugarreta para burlar la prohibición que pendía sobre los gobernadores para adquirir tierras en el territorio que gobernaban. Este terreno cedido constituía la mitad de la actual Plaza San Martín. Hacia el final de su gobierno Robles edifico una gran casa en el terreno de su amigo Riglos. Bautizó a la casa con el nombre de El Retiro. Habitó en ella hasta que se fue a España en 1704. La casa quedo para Riglos quien la alquiló a la Compañía de Guinea, encargada de traficar esclavos negros en este territorio, la casa la utilizaban para alojar a los esclavos mientras se recuperaban del terrible viaje desde su Africa natal. En 1706 la compañía se fue a otro lugar. Pero en 1718 la casa fue vendida a la Compañía inglesa del Mar del Sur, quien remplazó a la compañía francesa en la trata de esclavos. Este fue el comienzo de la magnífica Plaza San Martín, en esos tiempos el terreno era descampado, con algunos árboles, y con la misma barranca. El terreno de la plaza paso a manos del gobierno cuando los ingleses fueron echados de la región, menos la barranca que era propiedad privada.
Ochenta años después, en el espacio abierto de El Retiro se edifico la segunda Plaza de Toros de la ciudad, en la prolongación de las calles Santa Fe y M. T. de Alvear, entre Florida y Maipú. Esta era mucho más espectacular que la creada anteriormente en la Plaza Montserrat. Fue inaugurada el 14 de octubre de 1801. Podía albergar a más de diez mil personas. Era de forma octogonal y estilo morisco con ladrillos a la vista. Esta plaza de toros fue escenario de una valiente defensa por parte de las tropas españolas cuando los ingleses las asediaron durante horas en 1807. Las corridas de toros siguieron hasta 1819, año en que el gobernador de Buenos Aires ordena que se tire abajo la Plaza de Toros.
En 1812 se mudan a la actual Plaza San Martín, el regimiento de granaderos a caballo y su comandante don José de San Martín. Utilizaron los cuarteles que había en el Retiro.
El espacio abierto de El Retiro, se llamaba Campo de la Gloria, en honor a los valientes que lo defendieron de los ingleses, pero en 1822 se lo denominó plaza Marte. En tiempos de Rosas funcionaron calabozos en esta zona.
Pero tomó el aspecto de plaza solo luego de que se supiera que en Chile se estaba preparando una estatua del libertador San Martín. Se decidió rendirle igual homenaje en nuestra patria, para lo cual se encomendó una comisión de vecinos de Retiro, lugar elegido para colocar la estatua, contratar la ejecución del monumento y remodelar el lugar formando un paseo en la Plaza Marte. El 13 de julio de 1862 se inauguró la estatua de San Martín que hoy se puede apreciar. Mientras que se esperaba la estatua, el ingeniero Nicolás Canale transformó totalmente el lugar para convertirlo en un paseo. Primero regularizó el terreno de la plaza, lo elevo y lo rodeo de una reja de hierro, y abrió seis escalinatas. Las entradas por los dos puntos estaban señaladas por dos altos pilares. En el centro se instaló una hermosa fuente. Recién en 1878 se cambio el nombre del paseo a plaza San Martín.
Con el correr de los años se produjeron grandes cambios en el ámbito de la plaza. En 1931 el intendente decidió prolongar los jardines de la plaza hasta los bajos del Retiro. Los jardines fueron remodelados bajo la experta dirección de Thays. En 1936 se construyó a su vera el edificio Kavanagh, primera torre de viviendas levantada en Buenos Aires. Los árboles plantados por Thays terminaron convirtiendo a la Plaza San Martín en uno de los lugares más lindos de la ciudad.
Plaza Miserere
En sus orígenes esta plaza fue quinta, la Quinta de Miserere, más tarde se la conoció como Mataderos de Miserere, hacia 1814; Hueco de los corrales en 1817 y Mercado del Oeste en 1850. Luego se la conoció como Mercado o plaza 11 de septiembre. Recién recibe el apelativo de plaza en 1947. Siempre fue un punto propicio por ser cruce de dos caminos anchos.
En esta plaza se encontraron las fuerzas que reconquistarían la ciudad ocupada por los ingleses en 1806, y en ella también, fueron vencidas las tropas de Liniers en la Segunda Invasión Inglesa de 1807.
Hasta 1882 funcionó en su perímetro el mercado Once de Septiembre, y a ella llegaban las tropas de carretas. Pero a partir de este año comienza a delinearse la plaza por obra del intendente Torcuato de Alvear, el terreno quedó levantado sobre la calle adoquinada, y se lo encuadró con un pequeño muro, abierto a tramos por escalones. Fue remodelada íntegramente por el trazado del subterráneo, que fue a cielo abierto, con el consiguiente traslado de todo lo que había sobre la plaza. Como en muchas plazas porteñas, en ella se veían surtidores de agua corriente, que servían para calmar la sed de los caballos y mulas que arrastraban los rodados. También eran utilizados por los inquilinatos de la periferia.
Desde fines de 1923 se la ve como nosotros la conocemos ahora. Solo con el agregado en 1932 del mausoleo que guarda las cenizas de Bernardino Rivadavia.
Plaza Lavalle
Esta plaza comenzó sus días como quinta. Era llamada el Hueco de Zamudio (nombre del dueño). En este hueco se refugiaba gente muy poco respetable, mas que nada delincuentes. Como todas las plazas fue paradero de carretas, pero para 1822 cesaron las actividades comerciales y el lugar paso a ser conocido como la Plaza del Parque.
Años más tarde se instaló en los limites de la actual plaza Lavalle la Fábrica de Armas y el Parque de Artillería. También hubo un palacio en la plaza, fue el palacio de Miró, así nombrado por su dueño Mariano Miró, construido en 1868, y demolido en 1937 para ensanchar la plaza. También en los limites de la plaza se instaló el cuartel del 2° batallon del regimiento 1 de infantería. En ese mismo lugar se instalaría el Cuerpo de Bomberos. Muchas mudanzas hubo en esta esquina de Libertad y Tucumán, ya que ahí mismo funcionó un albergue de mendigos, así como el famoso circo Chiarini.
Recién en 1878, se bautiza a la plaza con el nombre de Lavalle. En 1887 se inaugura el monumento a Juan Lavalle, esa magnifica torre. Hacia 1905 comenzaron las construcciones del Palacio de Justicia, que finalizarían en 1910. En el interin, 1908, se mudo el Teatro Colon frente a la plaza, fue inaugurado el 25 de mayo; antes había estado frente a la Plaza de Mayo. Ya para 1910, a esta plaza, se la tiene como uno de los espacios verdes mejor cuidados, con mucha variedad de canteros florecidos y sus árboles de distintas especies. Este marco la convierte hoy en día en una de las más hermosas plazas de Buenos Aires.
Plaza Constitución
Antiguamente esta plaza era llamada los Corrales del Alto. Las tropas de carretas que antes se juntaban en la plaza Independencia, pasaron a juntarse en la de Constitución luego que en ella se instaló el Mercado de Frutos en 1859.
Durante mucho tiempo funcionó sobre la parte este de la plaza, una cancha de pelota, conocida como cancha de Larre.
En 1864 se inaugura la estación del ferrocarril. El mercado de Frutos y las carretas continúan hasta 1885, en esta fecha el intendente Torcuato de Alvear modifica la plaza para que sea un paseo. Se la embelleció hasta convertirla en una de las más lindas de la ciudad, con muchos arboles y jardines. Destacándose en ella un castillo en ruinas, y en el centro de la plaza un lago artificial provisto de un pequeño puente. La estatua de Juan José Castelli, se inauguró en solemne ceremonia el 20 de mayo de 1910. También se levanto en esta plaza una estatua de Juan Bautista Alberdi, inaugurada el 29 de agosto de 1964.
Plaza Italia
Italia fue la primera nación extranjera, aparte de España, que nos dio su nombre para una de nuestras plazas. Otras la siguieron como plaza Británica, plaza Francia, plaza Irlanda, ello como reconocimiento del pueblo argentino a los países europeos que se asociaron a los festejos patrios del Centenario de la Revolución de Mayo. El nombre fue consecuencia de la instalación del monumento a Garibaldi en la hasta entonces plaza de Los Portones. El monumento se inauguró el 19 de junio de 1904.
El lugar de la Plaza Italia fue un sitio abierto al paso público desde muy antiguo. Fue tenida en cuenta al ver la gran afluencia de gente que concurrió a la primera Exposición de la Sociedad Rural Argentina, que se realizó en 1878. Siguió cobrando animación, con la creación del Jardín Zoológico en 1890; el Jardín Botánico en 1892.
Su antiguo nombre se lo darían unos inmensos portones que constituían la entrada al Parque 3 de Febrero, creado en 1875, ellos daban frente a la actual Plaza Italia. En 1917 desaparecieron los «Portones de Palermo».
La decoración de la plaza solo tenia a fines del siglo pasado una fuente en su centro, que era una de las dos que se habían retirado de la actual Plaza de Mayo. Los árboles, el césped y las flores que se ven actualmente vendrían muchos años mas tarde.
Plaza del Congreso
Esta es una de las pocas plazas que fue creada expresamente, no nació ni de un basural, mercado o hueco. Fue una creación del municipio en 1910. Se la conformó en carácter de urgencia, delante del palacio del Congreso, para conmemorar el centenario de la Revolución de Mayo. El edificio del Congreso fue inaugurado el 10 de mayo de 1906. La avenida de Mayo terminaba frente a las puertas del Congreso. La avenida misma fue inaugurada el 9 de julio de 1894. Muchos edificios se tiraron abajo para abrir espacio a la futura plaza.
El principal motivo de la plaza fue la fuente decorativa Dos Congresos, estos son el General Constituyente de 1813 y el de la declaración de la Independencia de 1816. El único cambio ocurrió cuando se construyó el subterráneo, obra que se realizó a cielo abierto, luego la plaza quedó tal cual como hoy la podemos ver.
Otra plaza creada expresamente es la de barrancas de Belgrano. Ya se encontraba en la traza del pueblo de Belgrano efectuada por Saturnino Salas el 1° de diciembre de 1855.
Plaza de la República
Para los que no la asocian con su nombre, es la que tiene como principal árbol a un alto Obelisco, distintivo de Buenos Aires. En esa misma plaza se encontraba la iglesia de San Nicolás de Bari, en cuya torre se izó por primera vez la bandera nacional. La iglesia con su torre, fueron demolidas cuando se amplió la avenida Corrientes y se construyó la 9 de Julio.
Lo cierto es que una vez constituida la plaza el intendente Mariano de Vedia y Mitre encargó al arquitecto Presbich el diseño de un obelisco y lo construyó la empresa Siemens Bauunion en el tiempo récord de cuatro semanas. Se inauguró formalmente el 23 de mayo de 1936 a las 3 de la tarde. Inicialmente estaba revestido por «lajas». En la noche del 20 al 21 de junio de 1938 se desprendieron varias de estas lajas, a raíz de ello se lo cubrió con el revoque actual en el que se simularon las lajas. La plazoleta o rotonda que rodea al obelisco sufrió infinidad de modificaciones. Fue redonda, ovalada, alargada, cortada y con anexos, etc. En la actualidad tiene algo de vegetación y algunos arbolitos. Pero su principal mérito es el de reunir a todos los argentinos que vivimos mas o menos cerca cada vez que se festeja algo, como un triunfo de la selección de fútbol.
Las plazas sufrieron grandes cambios a través de los años, así también la utilización que se les dio, desde simples basurales o altos de carretas hasta el paseo actual, que también sirve para cualquier tipo de manifestación colectiva, como ser la victoria de algún equipo de fútbol o algún festejo o protesta política. Pero actualmente existen muchísimos mas usos que antes no se le daban, como el de tomar sol o escuchar música, o la horrible costumbre de los paseadores de perros de llevarlos todos juntos a realizar sus necesidades. Como habrán notado siguen siendo multifunción como las de los siglos pasados.
Bibliografía relevante
«Barrios, Calles y Plazas de la ciudad».
Carranza, Adolfo. «Razón del nombre de las calles, plazas y parques de la Cdad. de Bs. As.».
Del Carril, Bonifacio, «La plaza San Martín».
Guarda, Gabriel. «En torno a las plazas mayores».
Gutierrez, Ramon y Berjman, Sonia. «La Plaza de Mayo».
Llanes, Ricardo. «Antiguas plazas de la Cdad. de Bs. As.».
Luqui Lagleyze, Julio. «Las Plazas de Buenos Aires». Todo es Historia. N° 90.
Prestigiacomo, R. y Uccello, F. «La pequeña aldea»
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Investigación y elaboracion por Martín A. Cagliani, estudiante de Historia y Antropología en la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad de Buenos Aires.