Apoyados por colegas que les permitieron ser los únicos oferentes en el remate judicial, los trabajadores del restaurant Los Chanchitos lograron impedir el remate de los bienes muebles en exhibición resistiendo así un nuevo embate que los hace responsables de la deuda heredada de Pizzanesa SA.
Los trabajadores del restaurante de Villa Crespo resistieron un nuevo embate contra la cooperativa y, tras el remate judicial, son dueños de todo el equipamiento del establecimiento.
La última de una larga serie de dificultades que enfrentaron los trabajadores de la cooperativa que administra el restaurante Los Chanchitos fue a raíz del pedido de remate de los bienes muebles que realizó la síndico Ana Graciela Ventura, por las deudas que la cooperativa había heredado de Pizzanesa SA. El juez hizo lugar al pedido y puso en remate la totalidad de hornos, equipamientos, mesas, sillas y utencillos de cocina del restaurant con una base de 297 mil pesos, a pesar de que la deuda que Pizzanesa SA tenía con sus ex trabajadores era de 343 mil.
Para destrabar la maniobra, en la mañana del viernes, todos los asociados se presentaron en el remate y fueron ingresando uno por uno al recinto de la Dirección de Subastas Judiciales de la Ciudad. Una vez comenzado el remate, la cooperativa fue comprando todos los lotes en venta. Cada vez que el martillero adjudicaba un lote a la cooperativa, los presentes estallaban en aplausos. Una vez finalizado el remate, hubo abrazos conmovedores, sonrisas y felicitaciones.
Los asociados de la cooperativa que gestiona el local gastronómico del barrio porteño de Villa Crespo compraron los vehículos, electrodomésticos, aires acondicionados, utensilios y los muebles. «Compramos los seis lotes y no se hubiera logrado sin tanto apoyo de otros trabajadores y organizaciones. Ahora a pensar en seguir creciendo, a pensar como propietarios porque lo peor ya pasó», dijo a esta agencia el presidente de la Cooperativa Los Chanchitos, José Pereyra, tras el remate.
Con este logro, la batalla judicial que la cooperativa Los Chanchitos viene dando hace años para mantener sus empleos recuperados va llegando a su fin. Esta historia comenzó en el año 2013, cuando Pizzanesa SA, la empresa que gerenciaba el local y que adeudaba meses de salarios a sus trabajadores, entró en cesación total de pagos. Por esa razón, la patronal decidió abandonar los cinco locales que gestionaba.
Uno por uno -Mangiata, Alé Alé, Don Battaglia, La Soleada y Los Chanchitos. fueron convirtiéndose en cooperativas de trabajadores que se conformaron para continuar la explotación comercial de sus locales y demostrar que, a pesar del mal manejo de los anteriores dueños, podían recuperar sus empleos y mantener los restaurantes en actividad.
Al principio fue complicado y el sacrificio fue muy grande. Los trabajadores tuvieron que aprender a administrar el local, al mismo tiempo que cumplían sus turnos como cocineros, mozos y cajeros. José Pereyra, presidente de la cooperativa, estuvo nueve meses viviendo en el restaurant para evitar que un desalojo nocturno les quitara su fuente de trabajo.
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