La casa mínima de San Telmo – Una muestra del ayer por Vigía

La casa de marras es una extraña construcción que está ubicada en el pasaje San Lorenzo registrada con el número 380. Debido a su aspecto no frecuente, forma parte del circuito turístico del barrio.                               

por Vigía
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Su diminuto frente la distingue del común de las viviendas por ser la más angosta de la Ciudad de Buenos Aires, con tan solo 2,30 metros de frente y 13 de profundidad, esta condición la distingue y la destaca como uno de los casos más comentados de San Telmo, barrio porteño así llamado en honor a San Pedro Gonzáles Telmo, un distrito íntimamente relacionado con la población negra que habitó Buenos Aires a partir del siglo XVIII.
 
La leyenda dice que fue un regalo hecho a un esclavo liberto después de la ley de libertad de vientres sancionada en 1913.  El censo realizado en la ciudad de Buenos Aires en el año 1810 arrojaba el siguiente resultado Blancos 22.793, Negros y Mulatos 9615, además 150 Indígenas.
 
La mayoría de la descendencia africana estaba radicada en San Telmo y en Monserrat en el llamado Barrio del Tambor. Si bien los esclavos africanos comenzaron a llegar a estas tierras en el siglo XVI la mayor cantidad se produjo en el siglo XVIII en condiciones durísimas, es decir, tratados como seres despreciables.
 
Las cifras que se manejaban eran verdaderamente escalofriantes. Se estima que de los 60.000 000 millones que salieron de África con destino a las costas americanas, solo 12.000.000 llegaron vivos a Sudamérica. Fueron comerciados en los puertos de  Rio de Janeiro, Buenos Aires, Montevideo y Valparaíso. La Compañía de Guinea, introductora de los esclavos en Argentina, tenía el «depósito de humanos» para su venta y distribución, ubicado en la zona que hoy ocupa el Parque Lezama; obviamente con la venia de la corona Española.
 
En los albores del siglo XX la población negra había disminuido casi hasta su desaparición. La participación de los negros en la guerra de la independencia, la epidemia de la fiebre amarilla y la mezcla de razas fueron las causas de esta disminución; no obstante se cree que un 5% de argentinos tienen ascendencia negra.
 
Retornando a la historia de la casa mínima, nos encontramos con estudios realizados por el arquitecto José María Peña, ex director del Museo de la Ciudad; y vemos que en sus investigaciones, realizadas en los registros de las propiedades, se demuestra que la casa mínima no fue una propiedad independiente, era parte de un predio de mayor superficie que su dueña en ese entonces, una señora de nombre Magdalena Buthner le facilitó en calidad de préstamo a un sirviente y que luego del fallecimiento de este, le fue restituida.
 
De todos modos la realidad nos muestra la presencia de una «casa pequeña» bien diferenciada por su escaso tamaño y aspecto de las dos propiedades de las que es lindera. 
Al margen del porqué y el cómo; la pequeña casa de la puerta verde con balconcillo enrejado aún existe y es parte de la historia del barrio porteño de San Telmo.
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