La Boca: Curiosidades

Riachuelo 1713-1887 (fuente Histamar)
Riachuelo 1713-1887 (fuente Histamar)

Cuando el Barrio de La Boca fue una República independiente:

En la actualidad a los simpatizantes del Club Atlético Boca Juniors se los conoce como los «xeneizes». Este apelativo tiene su origen en la gran cantidad de italianos que habitaban en la zona y en especial por el origen genovés de la mayoría de ellos. Esta particularidad dio origen a una situación muy singular. En el año 1882 a partir de una huelga en la que el Estado Nacional intervino para zanjar diferencias entre las partes, se realizó una reunión en la Sociedad Italiana en la que se resolvió que el Estado argentino no tenía derecho a resolver cuestiones que solo competían a italianos y se procedió a constituir la República independiente de La Boca llegándose a redactar un acta en la que se informaba al rey de Italia de esta creación. Acto seguido se izo la bandera genovesa en una plaza cercana. Cuando este suceso llegó a oídos del presidente Julio Roca, éste se dirigió personalmente al lugar, arrió con sus manos la bandera genovesa y convenció a los disidentes para que depusieran su actitud.
(Información obtenida de http://www.buenosaires.com/historia)

Onomásticos del Riachuelo (fuente:  http://www.eListas.net/lista/etimologias)
La costumbre de cambiar el nombre a lugares que ya lo tenían se remonta en nuestro país a la época de la Conquista.
Al Río de la Plata –que su descubridor bautizó con el nombre de Mar Dulce, quizá porque lo
halló «un golfo de mar, aunque conserva el agua dulce» como anota Azara- se le puso luego Río de Solís, en recordación del infortunado piloto sevillano, para ser cambiado, poco después, por el actual, que solo significa como tradición una quimera. Lo mismo ha sucedido con el Riachuelo.

En la primera fundación de Buenos Aires se le llamó Río de los Querandíes y Río Pequeño.
Río Pequeño lo llama Gonzalo Fernández de Oviedo en su Historia General y Natural de las Indias, islas y tierra firme del mar oceánico. Como consecuencia del combate de
Corpus Christi, donde perdieron la vida Diego de Mendoza, hermano del adelantado, su sobrino Pedro de Benavides y cuatro capitanes y soldados, y que «tuvo lugar cerca de la vega del río y del desaguadero de una laguna inmediata, lo que hace presumir que fuera entre la parte superior del Riachuelo y la laguna próxima a la actual estancia de Remedios en el partido de Lomas de Zamora» (Eduardo Madero: Historia del Puerto de Buenos Aires, Buenos Aires, 1902, pág. 151), se le denominó a esa parte del Riachuelo Río Matanza. Según Enrique de Gandía, en 1575, Hernando de Montalvo lo llamó Río de Buenos Aires. En 1580 se le designa con el nombre de Riachuelo, como se lee en el «Repartimiento de la traza de Buenos Aires hecha por Juan de Garay». Así, al establecerse el límite de las huertas de la ribera sur, se expresa: «Desde la punta frontera del Riachuelo, donde ha de estar la casa del rey, se han de repartir para huertas a los vecinos hasta la mitad del sitio de San Francisco».

Poco tiempo después, para diferenciarlo de arroyos u otras pequeñas corrientes que desaguaban en el Plata, y dado que podían entrar embarcaciones menores, se lo denomino Riachuelo de los Navíos. Así figura en la comunicación que el procurador Mateo Sánchez dirigió al Cabildo el 2 de julio de 1590, asegurando que «en el ejido de esta ciudad hacia el Riachuelo de los Navíos hay algunos algarrobos chicos y los van cortando algunos vecinos».

El desconocimiento del idioma por algunos viajeros y su poca prolijidad han sido quizá las causas que motivaron se designara al Riachuelo con dos vocablos compuestos. El famoso navegante francés Luis Antonio Bougainville, militar, diplomático y hombre de ciencia, que fue encomendado por Luis XV para organizar una expedición que, además de hacer un viaje alrededor del mundo, tenía por objeto devolver a los españoles las islas Malvinas, donde él mismo, tiempo atrás, había establecido una colonia, llegó al Río de la Plata en 1767 para concertar con el gobernador Bucarelli la forma como se devolverían. En el diario de su viaje dice: «No hay puerto en Buenos Aires ni aun siquiera un muelle para facilitar el abordaje de los barcos. Los navíos no pueden aproximarse a la ciudad más de tres leguas. Descargan sus
cargamentos en goletas, que entran en un pequeño río llamado Río Chuelo, de donde las mercancías son llevadas en carros a la ciudad, que está a un cuarto de legua». Un error semejante lo cometió el piloto Francisco Mesura en un plano que confeccionó por resolución del Cabildo del 6 de febrero de 1811, que incluye Taullard en su obra Los planos más antiguos de Buenos Aires, en que vemos Río Achuelo de Barracas.

Un súbdito inglés, que residió en el páís desde 1820 a 1825, también le da otro nombre al Riachuelo. En un libro que publicó en Londres, referente a su estada en Buenos Aires, dice: «El Río de la Plata podría ser bautizado con justicia el infierno del navegante; unas cartas trazadas por el capitán Heywood, sin ser perfectas, pueden considerarse las mejores». Más adelante añade que «en la parte meridional de la capital corre un riacho llamado Barracas, donde goletas y barquichuelos reparan sus desperfectos».

Riachuelo de la Boca es el nombre con que figura en la memoria presentada al Congreso por el ministro de Guerra y Marina en 1869. Riachuelo de Barracas lo denomina Latzina, al anotar que es el límite sur de la ciudad, hasta su afluencia en el Plata.

De las denominaciones empleadas para designar al Riachuelo, que desde la primera fundación de la ciudad tan diversa toponimia ha tenido, opinamos que la que evoca una mayor tradición es la de Riachuelo de los Navíos, nombre con el que se debería denominar, ya que «riachuelo» a secas, como se sabe, es el común de todo río pequeño.

Eduardo H. Pinasco: Biografía del
Riachuelo (Bs. As., Eudeba, 1968, págs. 13-15)