Nací en 1941 y hasta el año 1978 he vivido en el Barrio de Villa Real y, si bien en el presente no lo habito, lo sigo visitando frecuentemente, pues allí viven, en mi casa paterna, mis familiares, y también siguen viviendo aun algunos de los amigos de la infancia.
Es mi propósito a través de la presente, hacer conocer algunas de las singularidades propias del barrio, que lo distinguen en cierta forma del resto de barrios de la actualmente denominada Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En su actual perímetro no hay comisaria, ni cuartel de bomberos, tampoco hospital, ni barreras ferroviarias; y si por esto fuera poco, casi no tiene monumentos.
Desde niño he sido observador de las pocas cosas que podrían llamar la atención en los alrededores. Por aquel entonces, estoy casi seguro que no existía ningún monumento y la Avenida General Paz, era el paseo obligado de los domingos (en los sábados aún se dictaba clases en los colegios).
Es poco conocido el hecho de que esa avenida, que constituye el límite del que por entonces se denominaba el Distrito Federal, en todos sus puntos cardinales, menos el del este, a cuya vera como se sabe está el Rio de la Plata, en toda su anchura pertenece jurisdiccionalmente a esta ciudad, es decir mano y contramano, sus jardines laterales y las calles colectoras.
Cuando fue decidida la traza de la Av. Gral. Paz, mediante el diseño de líneas poligonales, como corresponde, se fijaron mojones muy visibles que establecían los puntos en donde la avenida debía desviar su recorrido para circunvalarla, fijando los ángulos. Uno de estos ángulos está fijado y existe aún como mojón o monolito en la colectora con direccion al Riachuelo, en el cruce con la calle Cortina.
Ese monolito, que me intrigo desde mi infancia, ya terminada la avenida (se inauguró en 1941 y la colectora hasta no hace mucho era de tierra), está construido por una sólida pieza de hierro de casi un metro de altura, clavado en el suelo a una profundidad respetable, la última vez que lo vi, totalmente oscuro por el óxido, observa en su cara hacia el este la denominación de Capital Federal y en su cara hacia el oeste Provincia de Buenos Aires.
Ahora bien, si se tiene la paciencia de observar en los croquis o mapas de la CABA, puede observarse que la traza de la avenida, en el tramo que corresponde a Villa Real, Versalles y Liniers, no es absolutamente paralelo al meridiano geográfico, sino que tiene una leve inclinación.
Por lo tanto, es absolutamente comprobable con la tecnología de un GPS, que la esquina de Av. General Paz y Cortina, es el punto más al oeste de la Capital Federal. Se podría decir el West Point o el Far West capitalino, para darle trascendencia.
En cierta forma es un orgullo, pues es habitual que al mencionarse el oeste de la Capital, solo se refieran a Liniers como el barrio que lo identifica. Vaya pues un reconocimiento con toda modestia.