Como no pensar con la llegada del subte a Caseros, con la demolición de la cárcel, con los arreglos en las veredas y los juegos en la plaza Ameghino… que tal vez… que por qué no, el barrio conozca una nueva juventud.
Tal vez será el nuevo San Telmo de Buenos Aires. No estarán los muros, pero qué maravillosos fantasmas tenemos para mostrar, si sabemos hacerlo!!!