Fogata de San Pedro y San Pablo en el Parque Avellaneda

El próximo sábado 28 de junio, a las 16hs, en la esquina de Av. Directorio y Lacarra del Parque Avellaneda, se llevará a cabo, como todos los años, la fogata de San Pedro y San Pablo.

Una vez más, el próximo sábado, se va a realizar la quema del gran «Fantoche de las Miserias», sumando a todos los fantochitos que cada organización o vecino lleve.

Una vez más estarán celebrando alrededor del fuego nuestra esencia de ser humano. Por un momento el silencio que nos produce el fuego volverá a a unir a los allí presentes.

Este año el encuentro viene con el plus del cumpleaños número 100 del parque y hoy más que nunca, dicen los organizadores, «necesitamos quemar las miserias para que su fuego nos oriente para encontrar el camino, en este estado de resistencia fortalecimiento que venimos sosteniendo en defensa del espacio público verde y nuestro, hoy ciertamente en peligro».

Una vez más se convoca a los vecinos a juntarse en el Parque Avellaneda. No importa de donde vengas: celebremos en el Parque Avellaneda, el Parque de Todos.

LUGAR DE ENCUENTRO Y PARTIDA DE LA CARAVANA, EN EL EX CENTRO CLANDESTINO DE DETENCIÓN, TORTURA Y EXTERMINIO EL OLIMPO, RAMÓN FALCÓN 4250 Y AV. OLIVERA. 16HS.

Historia de la Fogata

Cada 29 de junio, luego de la recolección de elementos, llega el momento de encender la fogata. No es una simple fogata. La fogata en sí es un rito religioso y de alguna manera conserva esa religiosidad aunque quienes la preparan no sepan lo que se conmemora y celebra en la fecha.

Al fuego se le atribuye un sentido purificador que se mezcla con el rito de la fogata de San Juan. El martirio de los santos Pedro y Pablo se confunde con los «Juicios de Dios» que dictaminaban la quema de aquellos presuntos cómplices del diablo.

El 29 de junio es la fiesta de San Pedro y San Pablo, primer Papa y gran Apóstol de los Gentiles. Dice la tradición que ambos fueron ejecutados alrededor del año 67 por orden del Emperador Nerón. A Pedro lo crucificaron cabeza abajo según su deseo porque se consideraba indigno de morir como su maestro. Pablo, en cambio, fue decapitado en Ostia. El simbolismo del fuego conlleva siempre un trasfondo religioso: expía el demonismo de las brujas, ahuyenta los malos espíritus, conmemora acontecimientos sagrados…
 
En la noche de San Juan, sel 24 de junio, solsticio de verano del hemisferio norte, se encienden fogatas de fiesta a la puesta del sol y hasta su nueva salida, en un intento de erradicar para siempre la oscuridad. La creencia popular dice que en esas noches mágicas se realiza la comunicación entre el mundo profano y el mundo sagrado.
 
Los Apóstoles, muertos por crucifixión y decapitación, se asocian al rito de la fogata, al sacrificio en la hoguera. Es por ello que en lo alto de la fogata suele haber un muñeco con figura humana, con similitud con un espantapájaros, que es quemado como expiación colectiva, o también para rendir homenaje a mártires inocentes. Esta fiesta pagana y religiosa, que sigue vigente en los barrios, es para muchos una tradición que enlaza con la sacralidad primitiva y auténtica del ritual del fuego.

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