La década del 30 tiene en su haber la inauguración de emblemáticos edificios de la ciudad de Buenos Aires: la actual Legislatura porteña (ex-Concejo Deliberante) se estrenó en 1931, el edificio Comega (Av. Corrientes 222) en 1932, el edificio Safico (Av. Corrientes N° 456) en 1933 y el edificio Kavanagh, objeto de esta nota, en 1936. Situado en la intersección de Florida y San Martín, fue declarado edificio histórico nacional en 1999. Su imagen semeja la proa de un barco apuntando al Río de la Plata. #edificioKavanagh
El Kavanagh forma parte de la identidad de la ciudad de Buenos Aires. Este edificio modernista está integrado al paisaje urbano porteño y forma parte de la historia de la arquitectura argentina. Esta construcción, de propiedad de Corina Kavanagh, se concluyó en tiempo record: comenzó a construirse en enero de 1934, su inaguración oficial se realizó en enero de 1936, fue el más alto de América Latina y es la mayor estructura de hormigón armado de nuestro continente.
Es de estilo racionalista, posee arreglos art decó y está constituido por 30 pisos en un terreno de 2400 m2 . Su reglamento prohibe que en el edificio Kavanagh se instalen oficinas y también limita las tiendas y locales inferiores.
Corina Kavanagh, joven estanciera de familia acomodada de origen irlandés, vanguardista, decidió vender sus estancias (hacia 1933) para construir un edificio de rentas destinado a vivienda. El terreno elegido estaba ubicado sobre la barranca de Plaza San Martín, en la convergencia de las calles Florida y San Martín, era propiedad de Carlos Alfredo Tornquist, con quien acordó la transacción de compra-venta. El lugar elegido era ideal, allí estaban las Estaciones del Retiro de los actuales Ferrocarriles Mitre, San Martín y Belgrano (en ese momento eran el Central Argentino, Pacífico y Central Córdoba).
Corina Kavanagh había planeado que los departamentos del nuevo edificio generaran jugosos ingresos rentándolos a familias adineradas de Buenos Aires, razón por la cual fueron provistos de los últimos adelantos del momento.
El proyecto
El proyecto fue asignado al estudio de los Arquitectos Gregorio Sánchez, Ernesto Lagos y Luis María de la Torre, con quienes los Kavanagh habían realizado el edificio de Diego Garret Kavanagh y Pablo Cárdenas en 1931.
En junio de 1933 se demolieron las construcciones existentes en el terreno adquirido, luego se liberó de escombros y, en enero de 1934, la Empresa Constructora Rodolfo Cervini S. A. comenzó con la estructura.
La decisión de construir el edificio más alto de la ciudad
La decisión de construir el rascacielos más alto de la ciudad no apareció en un primer momento porque se pensaba en un edificio cuya altura no superara a la del Plaza Hotel, que es su vecino, pero una vez decantada la idea se volvieron a solicitar los permisos a la Municipalidad rectificando la autorización para la altura. Hay un mito que revela que Corina Kavanagh, quien estaba en malos términos con la Iglesia Católica, dicidió levantar este rascacielos para impedir la vista de la Iglesia del Santísimo Sacramento, que se encuentra ubicada sobre la calle San Martín, a Mercedes Castellanos de Anchorena, quien vivía en el actual Ministerio de Relaciones Exteriores y que había donado los fondos quién donara el dinero para su edificación de la misma. Otro dice que en realidad Mercedes se oponía a una relación sentimental que involucraba a Corina. Pero parece ser que ella jamás estuvo peleada con la iglesia y que Mercedes falleció bastante antes de que comenzara el levantamiento del edificio. Los mitos son mitos y aunque se conozcan como tales se siguen difundiendo a lo largo del tiempo.
En octubre de 1934 finalizó el hormigonado armado, la más alta del mundo, y en 20 meses se dio el final de obra.
Inaguración
La inauguración oficial del «Edificio Kavanagh» se realizó el 15 de enero de 1936.
Tenía una altura de 110 metros de altura hasta su azotea y luego 10 metros más hasta el mástil, pasando a ser el edificio más alto de Argentina y de Latinoamérica y el primero de nuestro país con 30 pisos. Superó en altura al Palacio Barolo y al Edificio SAFICO. Fue considerado el edificio de renta más completo de Sudamérica y el primero del mundo en tener un equipo de aire acondicionado central; poseía una instalación telefónica central automática, exclusiva y conectada a la red general pública.
Anécdotas
Leonel Contreras en su libro Rascacielos Porteños cuenta que Ana Roberts, en su nota “Intimidades de un gigante” en Viva (27 de junio de 1999) relata estas historias sobre hechos ocurridos en el Edificio Kavanagh:
Cristina Onassis
Cuando la heredera griega fue a visitar a su amiga Marina Dodero, el portero le prohibía el paso, pero cuando un vecino del edificio que la reconoció, le dijo: «Dejala entrar porque sino mañana compra el edificio entero y te hace echar«.
Leonardo Barujel
El célebre empresario de espectáculos llegó de su provincia natal sin un peso en sus bolsillos. Al salir de la Estación Retiro quedó encantado a la vista del monumental edificio. Dice Roberts que mientras lo miraba cruzó Av. del Libertador y por delante pasó un Mercedes Benz espectacular: fue en ese momento en que se juró tener un departamento en el Kavanagh y comprarse un auto de esa marca. No pasaron tantos años hasta que Barujel adquiriera el 1° A del edificio, se comprara un Mercedes Benz al que guardaría en una cochera cercana. Por esa vivienda pasaron todas las figuras que Barujel trajo al país: Maurice Chevalier, Charles Aznavour, Edith Piaf, Sammy Davis Jr. y Camilo Sesto, entre otros. Allí también, en el jardín, solía tomar sol Nélida Lobato.
Reparto de diamantes
Finalmente, cuenta la historia de una señora de la aristocracia que repartía sus diamantes en la Plaza San Martín, hasta que se enteró su hija y la señora fue diagnosticada como arterioesclerótica y se vio obligada a ponerle una dama de compañía.
Habitantes famosos del Kavanagh
Entre los residentes más famosos del edificio se conoce a:
- José Alfredo Martínez de Hoz (ministro de Economía durante la última dictadura militar),
- Claudia Sánchez (modelo),
- Francis Mallman (chef),
- Joaquín Morales Solá (periodista),
- Conrado Bauer (ex-ministro durante el gobierno de Onganía),
- Alicia Castro (diputada nacional) y
- Roberto Serra (arquitecto), quién alquilara el departamento en el piso 6° que Corina Kavanagh ocupara hasta el día de su muerte, ocurrida en 1984.
Ganancias
Corina Kavanagh perdió gran parte de su fortuna a causa de la Ley de Propiedad Horizontal, sancionada en 1948 (Ley N° 13.512), que permitió que los edificios destinados para vivienda pudieran ser vendidos por unidades: a partir de ese momento, los edificios de Argentina presentaron sectores de propiedad exclusiva (departamentos) y áreas de propiedad común (accesos, servicios, etc.). Corina tuvo que vender todos sus departamentos, reservando dos para su propiedad: en el ala C, en el 6° y 7° piso.
Premios
- Premio Municipal de Casa Colectiva y Fachada (1936),
- Mención Honorable del «American Institute of Architects» (1939),
- Hito de la Ingeniería Civil Internacional (1994)(otorgado por la «Asociación de Ingeniería Civil de Estados Unidos» y que solo fue entregado a 17 obras, entre ellas la Torre Eiffel y el Canal de Panamá).
- Patrimonio Mundial de la Arquitectura de la Modernidad en la lista de la UNESCO (1999).
- En abril de 1999, la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos lo declaró Monumento Histórico Nacional.
Corolario
Aunque ya no sea el edificio más alto, el Edificio Kavanagh perdurará como el rascacielos porteño por excelencia.
Corina Kavanagh falleció el 18 de febrero de 1984 a los 94 años.
Fuentes:
- Rascacielos porteños, de Leonel Contreras
- La Construcción de Buenos Aires, de Gerardo Bra