“Villa Devoto Tango”
A veces , los caminos del destino,
pueden ser muy pródigos,
si se auspician por este barrio,
que tiene “yapa” de suburbio manso.
Sus jardines son un descalabro,
de jazmines y rosales en flor.
Y el sol cada tanto les encaja su sartenazo,
para que se atraganten de dolor.
Este barrio atesora como “bagayo”,
un puñao’ de ayeres nobles en un rincón.
Saquea el perfume que estruja el aire,
en un desparramo de candor sanador.
En ciertas noches en la plaza Arenales,
jocosos duendes meditan su oración,
y les mandan mensajes de texto,
a la Luna reflejada en el portón.
En este barrio , la melancolía,
apesta a música de bandoneón.
Y fue por la calle Beiró,.
donde yo soñé mi última ilusión.
Y en la Basílica San Antonio de Papua,
me rendí arrodillado pidiendo por ti perdón.
El verde del follaje en este barrio es un descaro,
y en la noche la nostalgia se cuelga de un llamador.
En este barrio se engrupen las amistades,
por el desparramo de bares en la estación.
Cerca del Seminario creció mi romance,
aquel que mezcló la utopía y el fervor
Pisó el ritual de la ilusión en el umbral,
y una ninfa de mis manos se me fugó.
Esa mujer que acaparó estrellas en su zaguán,
y luego las dejó escapar y me dijo adiós.
A este barrio , quien lo merezca,
obtendrá en sus manos una flor.
Verá la alegría fingirse mas profética,
al arrimarse despacito al cordón.
Será la melancolía mas intensa,
si se insinúa por la calle Chivilcoy.
Y en sus lugares mas aciagos una lágrima,
como devolviendo al aire compasión.
Amigo, quien posea la fortuna de visitarlo,
Villa Devoto será una canción,
Un puñao’ de luces a la “marchanta”,
un souvenir de buenura en el corazón.
Caerá sobre tu cabeza una lluvia de plata,
y en el empedrado el sueño de tu amor…
Nunca va a ser en vano pisar sus veredas,
se irá de un saque por un instante la cruz del dolor.