Investigando la vestimenta del gaucho de ayer y hoy, surge la palabra «gaucho» que me evoca a pensar en un hombre de campo, tostado por el sol, vestido de manera peculiar y siempre a caballo. Los gauchos a menudo se visten de una manera distinta de acuerdo a su región. Lo que conocemos hoy, como bombacha de gaucho, o bombacha criolla, es una especie de pantalón holgado de color grisáceo ampliamente usado por el gaucho argentino y uruguayo.
La movilidad que brinda esta prenda la hace idónea para los trabajos agrícolas, así como también para montar a caballo. Este artículo desarrollará brevemente la historia de esta vestimenta que tiene muy curiosas, raíces sultanezcas.
Resulta claro y verificable que la indumentaria del gaucho colonial argentino en la primera mitad del siglo XIX, no incluía la bombacha, sino el «chiripá». Todos los cronistas y viajeros europeos así lo constatan, como las acuarelas y litografías y los uniformes militares.
Al decir «Gaucho Colonial» estoy significando la palabra «Gaucho», hasta poco antes de 1815/1816, este vestía, si era patrón de estancia o acaudalado, chaqueta corta que no pasaba de la mitad de la espalda, con cuello, puños y solapas de terciopelo; camisa blanca con cuello largo, corbatín negro chaleco de raso o de tela brillosa con dos o tres botones, muy abierto con solapa por donde se asomaba una especie de «jabot».
Pero los peones de campo vestían mucho más humildes, para realizar las tareas del campo.
Por ese entonces dos vocablos se usaban para designar a los peones que trabajan en el campo: «gauderio» y camilucho o «camelucho».
El primero «Gauderio», es un término usado por un estudioso de la época (allá por 1772/74) llamado Calixto Bustamente Carlos Inca, que se escudaba bajo el seudónimo de «Concolorcorvo», en su libro titulado «El lazarillo de ciegos caminantes».
Volviendo a la vestimenta, el pantalón ceñido a la pierna, a la que llamaban calzón español, llegaba hasta más debajo de la rodilla, y estaba abotonado al costado cuatro botones y una pasa cordón que se anudaba rematado con 2 borlas de color; desde allí seguía hasta los tobillos una especie de calzoncillo, ensanchándose de arriba hacia abajo y rematado con flecos y bordados que se llamaban «cribos».
Este pantalón o «calzón español» comenzó a desaparecer cerca de 1820, siendo reemplazado por el chiripa.
El calzoncillo «Cribao» o Cribado, consistía en un pantalón de tela común, color blanco, más bien ancho que a partir de la media pierna llevaba bordados calados (como una especie de puntilla) y flecos largos que llegaban hasta el suelo. A esta parte se la llamaba «cribo».
Los había también sin cribo, en este caso el largo del calzoncillo llegaba hasta la media pierna y se usaban únicamente para trabajar.
El chiripa fue usado antes de 1815 por gauchos pobres, especialmente para trabajar.
Esta prenda se ajustaba con una faja angosta, o fajín ceñido de color oscuro, anudándose al costado izquierdo cayendo sus puntas, que sujetaba el pantalón.
El chiripa, que en quichua significa «para frío» es decir para protegerse del frío, lo venían usando los indios desde antes de 1810, e inicialmente y en particular los indios pampas lo usaban «jerga» mientras que los españoles y criollos la denominaban «bayeta», y era de muy baja calidad.
También se usaba el chiripa con una franja o banda de colores por el medio.
En lo referente a los colores el gaucho sureño los usaba de color beige o bayo como solía llamar al color marrón claro y también al gris, tenía guardas o bandas listadas en los costados de color blanco, marrón oscuro, crema. Si eran de color oscura las bandas laterales eran más claras.
En todos los casos dichas guardas o bandas listadas eran bien definidas es decir los colores no se esfumaban o fundían entre sí (degrade).
Este «gaucho colonial», o primitivo, usaba «botas de potro» a las que le sacaba las puntas, por donde se asomaban los dedos de los pies, es decir las despuntaba. Esto lo hacía así, pues hacía heredado de los indios «pampas» su forma de estribar, que consistía en afirmar los dos primeros dedos de cada pie sobre un nudo hecho en cada extremo de un tiento retorcido que cruzaba el lomo del caballo.
A este rústico estribo se le llamó «pampa» y a los nudos de cada extremo «botón pampa».
Su arma era un cuchillo, al que llamaba «alfajor» que calzaba adelante en la cintura. Esta denominación deriva de «alfanje» una especie de sable corto y curvo, con filo solamente por un lado, y por los dos en la punta, también uso un cuchillo largo y recto al que llamaba «faca», de origen andaluz, y del cual derivaría después otro de hoja más ancha llamado «facón».
Completando su vestimenta usó un sombrero cónico, rígido de ala mediana, con barbijo esto consistía en un pequeño lazo o cordel que cayendo desde el costado del ala se unía a la misma altura del otro lado, y servía para sujetar el sombrero a la cabeza. También usaba un poncho o «manteo» que derivaba de manta, que generalmente llevaba doblado sobre el brazo izquierdo o el hombro del mismo lado.
A partir de 1815, el calzón español que venía usando el gaucho colonial desde antes de 1810 fue desapareciendo paulatinamente desde 1815/1816, aproximadamente, siendo reemplazado por el chiripa a tal punto que, ya en 1818 no había ninguno que usase esa primitiva prenda hispana.
Muchos han señalado la connotación árabe del gaucho argentino o rioplatense. La guitarra, el caballo, la asimilación de la pampa al desierto.
La España mora ha sido señalada como el canal de transmisión de estas características.
La bombacha de campo, pantalones muy amplios que se angostan en el tobillo, constituye una característica particular en la indumentaria del gaucho argentino, que también tiene origen árabe, como resulta obvio al constatar que es en el mundo árabe y en especial en lo que constituía el imperio turco en el siglo XIX -que dominaba los Balcanes e incluso Grecia- donde este tipo de vestimenta se usaba.
Esto no se encuentra en el guazo chileno, el charro mexicano, el llanero venezolano o el gaúcho brasileño.
Nos dice el historiador Jorge V. Duizeide, «La bombacha es un elemento de la indumentaria árabe o turca que llegó a la Argentina a través de España» y ha explicado esta curiosa traslación.
En marzo de 1856, se firma el Tratado de Paz que da fin a la Guerra de Crimea, que enfrentó a las fuerzas de aliadas de Gran Bretaña, Francia, Turquía (Imperio Otomano) y Cerdeña contra el Imperio Ruso.
Siendo presidente de la Confederación Argentina Justo José de Urquiza, al año siguiente de finalizar la guerra, el representante diplomático francés ante el gobierno de Paraná, informó que su país estaba en condiciones de vender a un precio muy conveniente 100.000 bombachas que habían sido fabricadas para el ejército turco, que como consecuencia de la paz, se habían convertido en «rezago militar».
Urquiza se entusiasmó con la forma de pago, que era un trueque por productos y lograda la aprobación de la compra por parte del gabinete, se aceptó la oferta de las bombachas originalmente destinadas al ejército turco.
Todas las bombachas fabricadas por los franceses eran del color del uniforme de dicho país, el gris «ojos de perdiz» de color blanco sucio o isabelino y éste es el origen de la bombacha gaucha que entra en Entre Ríos a fines de 1858.
Muchos paisanos que traían productos del litoral a Buenos Aires, vendían también «bombachas batarazas» (en Entre Ríos muchas fueron revendidas) y como algunos de los comerciantes eran de origen árabe o turco, la fábrica de origen fue confundida por muchos.
En tres años, se difundió con gran éxito. Es después del triunfo de Mitre en Pavón en 1861, se difunde en forma generalizada.
Cabe señalar que en esos mismos años, los ponchos que se vendían en las pulperías eran fabricados por la industria británica y ya no por los telares locales.
Tanto la bombacha fabricada en Francia como el poncho salido de las industrias textiles francesas, muestran cómo después de la caída de Rosas la Argentina entró en un proceso de globalización económica.
Otros sostienen, que Ricardo Güiraldes importó de Francia bombachas vascas, de donde también provino la «alpargata», pero esto fue muy posterior, recién en los comienzos del siglo XX.
Hay quienes también argumentan que con el ingreso de las primeras colonias vascas, traídas por Pedro Luro en 1862, fue como se difundió la bombacha de campo y la alpargata.
La historia esta cruzada por curiosidades que nos deslumbran.
FUENTES:
- «Atuendo tradicional para danza folklórica» – Héctor Aricó
- «El lazarillo de ciegos caminantes» – Concolorcorvo
- Recopilación – José A. Lojo Vidal
- Vestimenta gaucha – Jorge V. Duizeide
- «Historia y Sociedad» – Matiascalero
- Brenda Salas – apuntes
- Marcela Herrera Rozo – apuntes
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Muchas gracias por esta investigación!! y aunque la encontré un poco tarde, me sirvió mucho para una historia que estoy desarrollando, y nunca supe el nombre de la esa prenda «chiripa».
Un saludo.
Muy buena la info. Aprendí un poquito más de nuestra historia . Gracias
Muchas gracias Ernesto por leer mis articulos!
Me alegra Nilda leer tus comentarios, sobre mi articulo!
Cómo se llamaba los monederos que usaban en el cinturón los gauchos