Cristina Suárez: El «Papá Noel» de Barracas

En la esquina de Montes de Oca y Aristóbulo del Valle, donde ahora hay un Banco, se instalaba este personaje tan querido en el barrio, por los  grandes y por los niños.

Venía de una familia muy humana, su papá tenía un café en el barrio de La Boca y allí se juntaban todos los miembros del partido socialista que estaba a la vuelta.

Nunca le dio mucha importancia al dinero, en épocas en que el dinero tenía valor, se preocupaba por instalar canchas de fútbol, de bochas y juegos en la plaza Vértiz en Aristóbulo del Valle y General Hornos.

Se disfrazaba de Rey Mago para repartir juguetes a los chicos, que lo querían y reconocían cuando caminaba por el barrio. Todo empezó en los años 40, en el barrio se conocían todos y este personaje llamado “Don Pepe”, su verdadero nombre era José Schiarrota, junto a un grupo de amigos, el párroco Manuel Samperio, Arturo Massarri, Alfredo Pasos y Mercedes de Ortega, tenían un sueño y en el año 1944, pusieron en condiciones unos terrenos y construyeron dos plazas, en Gral. Hornos y Aristóbulo del Valle, una para varones y otra para mujeres.

Todas las tardes se daba una vuelta por la plaza para estar con los chicos y hacer su reparto, los fines de semana, sorteaba juguetes que les pedía a los fabricantes como donación, esa era la única plaza donde los chicos del barrio podían andar gratis  en modernos autitos a pedal que él había traído.

En 1990, gracias a la ayuda obtenida por los comerciantes y vecinos de Barracas, políticos y la Municipalidad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pudo construir en ese lugar un Polideportivo y en 1991 la gente del barrio  logró que se exceptuara la Ordenanza que bautiza espacios públicos sólo con nombres de personas muertas, logrando de ese modo ponerle el nombre del honorable vecino al predio.

Don Pepe fue corredor de juguetes durante su juventud por todas las provincias del interior y esos contactos de tanto tiempo le donaban los juguetes que él con su ternura repartía en hospitales escuelas y hogares de Barracas.

Don Pepe era viudo, con hijos, nietos y bisnietos y cada día caminaba hasta la Iglesia Santa Lucía en la avenida Montes de Oca y Martín García, cruzaba la plaza que lleva su nombre y que tiene una calesita donada por la Municipalidad que alegra con su musiquita a la niñez del barrio.

Hoy Don Pepe, mira desde el cielo su obra de amor que dejò como herencia para todos los niños de Barracas.