Cristina Suárez: Café «El Pensamiento»

El “Café” un lugar de encuentros, de citas, de charlas con amigos, un lugar de Buenos Aires para verse y al compás de la cucharita girando dentro del pocillo de café, decirle a alguien que lo extrañas, que lo amás, o que deben separarse.

Cultura y costumbre que cruzó el océano, vino de Europa y se quedó a vivir enamorada de vos Buenos Aires, tierra hospitalaria, hermosa, amiga, que supiste dar la mano al desamparado y consolar al desesperado.

El artista, el científico, el bohemio, el estudiante, el obrero, todos, te visitaron alguna vez, y vos, siempre allí, con los brazos abiertos, viendo pasar los siglos, siempre actual, firme, esperando  al tomador de ginebra, o simplemente esperando.

El café “El Pensamiento” siempre ocupò un lugar de encuentros en este barrio Barracas, primero estuvo en la calle Vieytes entre Suárez y Olavaria, en épocas en que los payadores, los cuarteadores, criollos que trabajaban en las barracas, en los saladeros de las orillas del Riachuelo, hacían un alto para jugar un truquito o para tomar una caña. Hoy estás en la esquina de la avenida Montes de Oca y Brandsen, moderno, pujante, visitado por los porteños del barrio que se dan cita en tu casa para charlar, hacer una pausa en su trabajo, para reuniones de negocios, para hablar del partido de fútbol.  Si habrán pasado porteños por tu casa, cuántas letras de tango se habrán gestado en tus mesas, cuántas declaraciones de amor habrás presenciado.  Hablando de amor, desde tus ventanas justo frente a la que fuera la quinta de la familia Guerrero, hoy Placita Colombia, puede verse la Iglesia de Santa Felicita, que la familia hizo construir después de la trágica muerte de su hija Felicita Guerrero asesinada  por su pretendiente.

A pesar que la sociedad fue cambiando tanto y tan vertiginosamente, vos estás igual, sensible, acogedor, invitando a tus hijos al encuentro.

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