Buenos Aires Celebra a la colectividad portuguesa

Esta vez es Portugal el país que será homenajeado el próximo domingo, 21 de agosto, en el Ciclo Buenos Aires Celebra. El punto de reunión es Av. de Mayo y Bolívar desde las 12h. Gastronomía, artesanía, música, trajes tradicionales… no te pierdas los tradicionales fados.

Desde las 12 h. todo el público podrá encontrar artesanías, información y gastronomía típica de Portugal en los más de 20 puestos instalados sobre la Av. de Mayo.

Cerca de las 13 h. habrá una demostración de gastronomía portuguesa sobre el escenario, donde un representante de cada stand enseñará a realizar un plato típico, mostrando su preparación e invitando a los presentes a recorrer los gacebos.

Además durante toda la jornada habrá espectáculos a cargo de los artistas representantes de la colectividad. Participarán las agrupaciones Fadeiros y Alma Lusa, quienes interpretarán los tradicionales Fados, la música más popular de Portugal. También se presentarán Saudades de Portugal, Mocidade Portuguesa, Dancares da Nossa Terra y Raizes de Portugal, entre otros.

El Buenos Aires Celebra es un espacio que la Ciudad de Buenos Aires ofrece a las colectividades para que puedan mostrar su propuesta cultural a todos los vecinos y turistas.

Sobre la Colectividad Portuguesa

Si bien la inmigración portuguesa ha sido comparativamente pequeña en la Argentina porque por una cuestión de idioma y costumbres los portugueses emigrados eligieron Brasil como destino, la presencia de la colectividad portuguesa es importante y se remonta desde la colonización española, sobre todo en Buenos Aires y la zona de las Misiones Jesuíticas. Los portugueses radicados en Buenos Aires durante la colonia, en su mayoría varones, establecieron una importante red de relaciones comerciales y familiares de gran influencia en la vida económica de la capital del virreinato. Tras la restauración de la independencia de Portugal, prosiguió una cierta inmigración con diversos destinos, sobre todo Buenos Aires.

La comunidad portuguesa de la Ciudad de Buenos Aires estaba dividida en dos grupos sociales. La mayoría eran peones y artesanos pertenecientes a las clases bajas. Existía también un grupo de clase media y media alta dedicado al comercio y al contrabando, así como estancieros, que evitaban el mestizaje con descendientes de españoles, indígenas y negros.

Bastante posteriormente, ya a finales del siglo XIX y durante la primera mitad del siglo XX, arribaron numerosos caboverdianos, pueblo mixogénico con linajes africanos y portugueses en el cual han predominado los rasgos culturales portugueses y que en tiempo de su inmigración a la Argentina poseían el pasaporte portugués. Estos flujos inmigrantes se establecieron principalmente en Buenos Aires y en los partidos de zona sur del conurbano como Avellaneda, Lomas de Zamora, Quilmes, Berisso y Ensenada.

Influencia en la cultura argentina

La cultura portuguesa tuvo una gran influencia en la cultura argentina, en especial en lo relacionado con la cultura gaucha y en la cultura y habla rioplatenses. El origen gaucho o criollo tiene un importante ingrediente portugués. El pueblo denominó «criollo» a los descendientes puros de españoles y portugueses nacidos en esta tierra, en razón de que eran la inmensa mayoría de la población de origen europeo por ese entonces. A la mezcla directa de español o portugués con aborigen, popularmente se le denominó «mestizo? y se denominó ?mulato? a la mezcla del blanco europeo (en esa época el español y el portugués) con el negro africano.

Generalmente el tipo de español que originó al gaucho, era el andaluz y también el portugués, que tienen en su origen étnico un importante aporte morisco. Moriscos son los moros de la península Hispánica, cristianizados por la fuerza en su mayoría y algunos por voluntad propia. Pero esa conversión en realidad era falsa, seguían interiormente siendo musulmanes y esa raíz influyó mucho en la forma de vivir, vestir y hablar del gaucho.

Muchos de aquellos portugueses que se habían establecido originalmente en Brasil, por razones idiomáticas, posteriormente decidieron trasladarse a Argentina cruzando los pasos fronterizos en carácter de turistas y luego se quedaron en nuestro país.

Actividades

Las actividades a las que se dedicaron los portugueses en nuestra Ciudad fueron varias Los hombres llegados de Lisboa, Oporto y regiones costeras de Portugal, se concentraban particularmente en los barrios cercanos al puerto desplegando múltiples ocupaciones, pero principalmente las navales: marineros, estibadores, changadores. El puerto se convirtió en un centro de atracción de la mayoría de los portugueses que dedicados a diferentes actividades encontraron allí su sustento.

¿En qué lugares se asentaron?

Además de la Ciudad de Buenos Aires, en las ciudades de Isidro Casanova y González Catán del partido de La Matanza se asentaron un importante número de inmigrantes portugueses. La razón del asentamiento de los inmigrantes portugueses prioritariamente en estas tres localidades se fundamenta en que la estructuración de la inmigración portuguesa se construyó sobre la base de la existencia de redes familiares, y de amigos.

Fue común que los integrantes de los diferentes flujos migratorios europeos que llegaron a Argentina lo hicieran a través de una carta de llamada enviada por un familiar desde este país. En el caso de los portugueses de La Matanza los mecanismos de cooperación y solidaridad de los familiares y amigos establecidos previamente en La Matanza, no terminaban con el envío de una carta de llamada y la oferta de trabajo. Los recién llegados residían al principio en la casa de algún familiar o coétnico.

Esta resultó la vía por la cual en la posterior elección de un lugar de residencia definitivo se optara por la cercanía de familiares y amigos. La multiplicación de estas redes de contención afectiva y linguística tuvo un efecto lineal sobre la ocupación del espacio social y territorial.

Inmigración Portuguesa

La emigración portuguesa se diferencia de otras comunidades de emigrantes por haber recibido menos subvenciones y apoyo de ambos gobiernos para fomentar la emigración a estas tierras. Aun así, las comunidades portuguesas se propagaron por la región platense optando por una estrategia de redes. Las redes podían ser de parientes, conocidos, vecinos, de profesiones u oficios. Estas redes se basaban en la cooperación entre los miembros de la familia y conocidos de la aldea, pero también a partir de un oficio y/o negocio particular.

De acuerdo con los datos de la Dirección Nacional de Migraciones de Argentina el saldo de la inmigración portuguesa entre 1857 y 1970 alcanzó un total de 45.000 personas, destacándose por su intensidad las décadas entre 1920 y 1930, y entre 1940 y 1960.