Arbol de los Deseos de Marta Minujín

Ya de puede visitar la obra de la reconocida artista en el Circuito Cultural Calle Florida ubicado en Florida al 1000. El Ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, y Marta Minujín inauguraron el «Árbol de los deseos» en la plazoleta Juvenilia en Florida al 1000. La escultura de la reconocida artista plástica se suma así al Circuito Cultural Calle Florida.

«Celebramos las fiestas con arte y cultura. Una vez más la gran artista Marta Minujín nos sorprende son su obra en el espacio público. El arte en al calle provoca en cada uno de los miles de ciudadanos que la transitan diferentes sentimientos y emociones, y en este caso además Marta nos invita a todos a participar expresando nuestros más ansiados deseos para el año que comienza», destacó Hernán Lombardi.

El «Árbol de los deseos», una escultura inflable multicolor de formidables dimensiones  creada por Minujín en diciembre pasado se reinauguró con la siguiente consigna: invita a los ciudadanos a expresar sus deseos y anhelos para el año 2016. Quienes traigan o dibujen sus deseos, podrán depositarlos en el buzón que estará junto al árbol y participar de un sorteo. El premio será un dibujo original firmado por Marta Minujín.

El Circuito Cultural Florida, curado por Gabriela Urtiaga y Ana Martínez Quijano, abre de este modo su cuarta edición con la certeza de haber consolidado una estrecha relación entre el arte y los transeúntes  de la peatonal. 

El «Árbol de los deseos» con su condición festiva, es y será un hito en la calle Florida, una estimulante invitación para expresar los deseos más intensos. Este monumento inflable y desinflable de 10 metros de altura es un símbolo de la alegría que depara la presencia del arte y la posibilidad de despedir el año con un regalo para la ciudad. La escultura es perdurable: renacerá en cada Navidad, va a expandirse hasta alcanzar su mayor esplendor y luego, al perder el aire, podrá ser resguardada hasta el año próximo.

Circuito Cultural Florida

El Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y la Asociación Amigos de la Calle Florida eligieron este tradicional y vanguardista enclave porteño para brindarle la mayor visibilidad al inagotable caudal de talento y creatividad que circula por Buenos Aires. La iniciativa de instalar el arte durante más de un año en sus espacios libres, vidrieras, canteros, paredones y veredas, contó desde el primer momento con la aceptación de los vecinos y con la entusiasta participación de los artistas. El proyecto ha resultado un estímulo para evocar el tiempo en el cual Florida no soñaba todavía con sus palacios y su modernidad cosmopolita, una propuesta inspiradora para recorrer la historia frente a los ojos de todos y arribar a nuestra más agitada contemporaneidad. Pasaron por el Circuito Florida los artistas Diana Aisenberg, Ernesto Ballesteros, Delia Cancela, Eduardo Costa, Facundo De Zuviría, Marula Di Como & Cristian Dios, Marcolina Dipierro, Bruno Dubner, Alberto Goldenstein, Maja Lascano, Hernán Marina, Anna Lisa Marjak, Marta Minujín, Jorge Miño, Ana Montecucco, Andrés Paredes, Esteban Pastorino, Inés Raiteri y Juan Stoppani.      

Marta Minujín

Es una de las artistas de vanguardia de la historia del arte argentino contemporáneo. Conocida por sus performances, happenings y construcciones a gran escala, es ubicada entre los pioneros, junto a Ives Klein, Allan Kaprow, Piero Mazzoni y el grupo Gutai, cuando el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles realiza una muestra Out of Actions: Between Performance and the Object (1998), sobre la incursión de la acción en las artes plásticas. 

Estudia en la Escuela Nacional de Bellas Artes, pero es descubierta en la Galería Lirolay por los críticos Germaine Derbecq y Jorge Romero Brest, cuando exponía sus primeras obras con colchones. En 1961 viaja con una beca de estudio a París, donde se vincula con artistas del Nouveau Realisme, informalistas y de otras orientaciones (Niki de Saint-Phalle, Jean Tinguely, Christo, Lourdes Castro y Robert Rauschenberg). Comienza sus estructuras habitables cubiertas de colchones encontrados entre los desechos de los hospitales parisinos, y sus primeras performances. La Destrucción (1963), su primer happening, reúne todas estas piezas donde un grupo de artistas las «destruye» creando una obra propia sobre ellas. Pero Minujín se hace verdaderamente famosa cuando compone, junto a Rubén Santantonín, La Menesunda, una ambientación transitable que propone al espectador experimentar una variedad de sensaciones a lo largo de un recorrido de 16 zonas. 

En 1966, gana la Beca Guggenheim y se traslada a Nueva York, donde entra en contacto con la vanguardia norteamericana. Durante una década divide su vida entre Buenos Aires y los Estados Unidos. En los años 70, su obra se focaliza en los íconos populares y el consumo, con trabajos participativos como Obelisco acostado (I Bienal de San Pablo, 1978) y Carlos Gardel de fuego (Medellín, 1981). En 1983, para festejar el retorno a la democracia, realiza El Partenón de libros, una réplica del Partenón de Atenas construido con libros prohibidos durante la última dictadura militar argentina. En la década del 80, «paga» la deuda externa argentina al artista norteamericano Andy Warhol con mazorcas de maíz, el «oro americano», en una acción simbólica realizada en Nueva York. En los últimos años continúa su vasta producción centrándose en la escultura monumental, como M.I.C.2, Mujer-Intelecto-Consumismo (2000). 

Entre sus exposiciones más destacadas se destacan las performances Suceso Plástico (1965, Uruguay); Happening (1965) y Revuélquese y Viva (1964). Con esta última gana el Premio Nacional del Instituto Torcuato Di Tella; Simultaneidad en Simultaneidad/Three Countries Happening (Buenos Aires, Nueva York, Berlín) que planifica junto a Allan Kaprow y Wolf Vostell; Circuito (Montreal, 1967) y Minucode (New York, 1969), todas obras vinculadas a los medios masivos de comunicación y las nuevas tecnologías. Sus muestras más recientes: Vivencias – Lebenserfahrung – life experience, Generali Foundation, Vienna, 2000; Les années Pop, Centre Georges Pompidou, París, 2001. 

En 1999 el Museo Nacional de Bellas Artes organizó una retrospectiva de su obra.

Minujín continúa trabajando como artista en su taller en el barrio porteño de San Cristóbal.1

Sus obras más representativas y famosas son:

El «Obelisco Acostado» (1978) en la Bienal de San Pablo.

La «Operación Perfume» (1971) en Buenos Aires y varias réplicas en varios países.

El «Obelisco De Pan dulce» (1979) durante la Feria de las Naciones, Buenos Aires.

La «Torre De Pan De Joyce» (1980) en Dublín, Irlanda.

El «Carlos Gardel De Fuego»: una estructura metálica reproduciendo la imagen del cantor, rellena de algodón que fue prendida fuego, como arte efímero. Medellín, Colombia. (1981)

La «Venus De Queso» (1981)

El «Partenón De Libros»: una reproducción del Partenón de Atenas constituido con libros. (1983)

La «Torre de Babel de Libros»: Realizada como conmemoración a la elección de Buenos Aires como Capital mundial del libro. (2011)

El «Árbol de Navidad Inflable»: Realizada para la Navidad de 2014 en la plazoleta de entrada de Calle Florida Buenos Aires. (2014)

Sus happenings y obras de arte efímero en general apuntan a la respuesta del espectador, y generalmente producen controversia y comentarios en los medios masivos de comunicación.

Por su fructífera trayectoria, Marta Minujín ha recibido el Premio Konex – Mención Especial 2012 además del Konex de Platino 1982 y 1992 otorgados por la Fundación Konex.