Yo humildemente, quiero expresar la emoción que siento, al cumplir Lugano estos primeros 100 años, los cuales se llevan encerrados, tantos recuerdos hermosos y otros no tanto, de mi vida y la de tanta gente querida.
Quisiera hacer un homenaje a todos aquellos laburantes de estas tierras, sin diferencia ninguna de clase social, vecinos primitivos del barrio Piedrabuena y de Lugano en general, barrio al cual aprendimos a amar y del que no quisiéramos irnos nunca. Porque entre todos formaron la historia barrial, con la mezcla de estilos de las corrientes migratorias que hacían jugosas las anécdotas de la cuadra, o con la humildad con que se ayudaban unos a otros con mate de por medio, o las peleas por la pelota que rompía la planta de algún vecino. También el ir a escuchar la novela de la tarde a lo de la vecina que tenía radio o quizá llorar la perdida de algún viejito que se fue para siempre.
Mi mente no olvida tampoco a nadie de mi gran familia, que también siendo primitivos de Lugano vivieron muy humildemente, pero trabajando en lo que sea para progresar…
De todo lo pasado, lo bueno y lo malo, las generaciones que seguimos tenemos que ir rescatando lo mejor. Para no equivocarnos dos veces e ir mejorando como personas y ser más sensibles con nuestros pares.
Ana Pozzolo – ama de casa y luganense