Raúl Mandler: Aportando recuerdos de mi barrio natal

Queridos lectores de la ciudad. Aquí aporto recuerdos de mi barrio natal, Colegiales.

Por eso del destino, una vez mudado de Colegiales a Flores Norte, y gracias a mis padres, di el ingreso al Nacional Buenos Aires con Juvenilia de Miguel Cané, que me remonta a mis orígenes.

Tengo vívidos recuerdos de mi infancia, de mi casa paterna y natal, siempre pulcra, con mi mamá esperándonos a la llegada del micro, de la colonia de Muni o de la escuela judía Wolfsohn, «inaugurada» por mi clase; de mis escuelas primarias del estado, con las mejores maestras, la O’Higgins frente al Patronato Español, y la de la calle Conde, famosa por su calidad.

De mi primita yendo con mi tío padrino a la plaza Paso de la calle Moldes; del respeto de todos los vecinos por mi padre, el médico del barrio; de los clásicos de Boca River vistos en la pequeña pantalla de Philips holandés de mi padre, el primer televisor del barrio, con muchos vecinos, incluyendo el comisario Cocousi; de la tristeza de la noche de la mudanza hacia Flores, cuando vi a mis padres llorar; de los pibes de la cuadra, muy atorrantes, Horacito, que ligó un piedrazo de Huguito y fue suturado por mi papá; de mi primera amiga, Caddi, con quien despunté mis aptitudes médicas, de Carlitos y Bochita, con su oreja remendada, del maldito de Horacio, pendenciero que atacó a mi hermano Jorge y le robó una cadenita, de los juegos Lesser, fabricantes de nuestro bienamado Cerebro Magico, que tanto nos entretuvo, junto al ludo y a las damas en sábados lluviosos; de nuestra comunidad judía, de la comunidad armenia con mi amigo Himitián, de los compañeros sirio libaneses de la familia Mattar, de la hilandería Holland, del baldio y las casa bajas, y del kiosco de Freire que nos endulzaba los retornos de la escuela.

De los lugares famosos quiero rescatar el prestigios Cine Teatro Argos, donde vimos La Familia Trapp con mis padres y hermano Jorge, y donde había debutado Nelly Omar; el Circulo Montañés, lugar de famosas milongas; la casa de mi amiga Vivi; el cine Alvarez Thomas, 3 películas los sábados de tarde en continuado; las casas de Pugliese y del Dr Baudini, orillando Chacarita, con su poderoso De Soto flamante; las sandías de la estación Colegiales; la fiambrería judeoalemana Edo en Cramer y ElCano; la Selva Negra de Danubio, ya adentrado en Belgrano; el mercado de Lacroze y Conde; el Bazar Dos Mundos; la confitería Alvaro; Meghoms y sus enseres electricos; el instituto de ingles sobre Conesa y Lacroze, la proximidad de los bosques de Palermo y la zona de los clubes en Nuñez, mi primer beso a Nora en Shalom y mi despedida de Ani en la estación.

Colegiales, barrio de barrios; que perduren sus casas bajas, sus parrales, su canto del gallo, su espíritu fraternal y familiar, y su tranquilidad.

Raul Mandler, MD
www.raulmandler.com

(Aclaración: el autor de este recuerdo tuvo un problema con su computadora y, creyendo que había perdido este email, lo reescribió y lo volvió a mandar. Pero al recibirlos nos dimos cuenta de que ambos mensajes son complementarios, si bien algunos momentos se repiten, otros no lo hacen, por lo cual esta editora decidió conservar ambos).

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