Norma Casalnuovo: donde empieza la nostalgia

Señorita  o señora Mónica:

Si Ud. es una persona de mediana edad tal vez entienda mas rápidamente lo que quiero decirle. Si es muy joven tal vez lo entienda, pero no lo comparta.

Una tiene una vida propia hasta el momento en que forma una familia. A partir de ahí toda la vida se va en criar los hijos, (a veces también criar al marido) sacar la familia que creó adelante. Luego, cuando cree que está saliendo de ese berenjenal vienen, sin pedir el más mínimo permiso los nietos y otra vez empieza la historia, (especialmente hoy que los dos, cuando hay dos, trabajan) y las abuelas ayudan a criar a los nietos. Pero cuando los nietos ya están crecidos, y no nos necesitan tanto, ahí aparecen los recuerdos de UNA, no los de la vida de su familia. Y ahí es donde empieza la nostalgia. Y fue en uno de esos días en que encontré su página. Volví a la infancia y a la adolescencia, que no sé en que lugar debajo de la alfombra del alma habían quedado. Por eso le escribí contándole algo de mis primeros años, y le agradezco su comentario y debo agradecerle  también que por su página conocí al Sr. Angrigiani, autor de la preciosa página «Mi villa Ortúzar» que Ud. con justicia, recomienda. Por medio de los e-mail compartimos recuerdos y lugares,  y eso hizo que el peso de la nostalgia fuera más liviano. Por último tengo siempre la esperanza de encontrar en esos sitios algún nombre conocido de otros tiempos, ya que por caprichos de la vida, hace veintidos años que vivo en San Luis, y creo que en este aspecto internet es mágico. ¿Quien le dice que alguien que compartió el barrio o la escuela pueda leer su página o la del Sr. Aldo y podamos ponernos en contacto? De corazón, así lo espero.

Disculpe por robarle su tiempo, le envía un afectuoso saludo:

Norma Casalnuovo [email protected]

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