No Hay Sueños Imposibles


Cúpula del Edificio ubicado en Rivadavia y Ayacucho, obra del arquitecto Eduardo Rodríguez Ortega
En Rivadavia 2001 (esquina Ayacucho) se encuentra un edificio de cinco pisos construido en 1907 por el Arq. Eduardo Rodríguez Ortega, que ostenta una maravillosa cúpula con la leyenda “No hi ha somnis impossibles” (No hay sueños
imposibles), que fue puesta por el arquitecto restaurador, Fernando Lorenzi, en homenaje a Gaudí.

«Quizá sea la más bella y radiante de las casi cuatrocientas cúpulas que coronan el cielo de Buenos Aires. Sólo basta alzar la vista en la intersección de la calle Ayacucho con la avenida Rivadavia para verla, imponente y lujosa, con la brillantez propia de un diamante pulido a la perfección.

Parece joven, pero ya había nacido cuando, a pocos metros de distancia, la monumental cúpula del Congreso de la Nación comenzaba a erigirse entre los andamios. Cruel e impiadoso, el paso de los años le arrebató el esplendor de principios del siglo XX.

Novecientas cincuenta y dos piezas de vidrios espejados fueron necesarias para cubrir las ocho principales aberturas ovales y el cupulín que durante casi sesenta años soportaron, abiertos, el flagelo del sol, del viento y de la lluvia. No obstante, la cebolla que corona la cúpula y las veletas permanecen intactas como hace cien años. La ornamentación del edificio que la sostiene lleva el sello inequívoco de la exquisitez del estilo catalán. El «padre de la criatura», el ingeniero y arquitecto argentino Enrique Rodríguez Ortega, plasmó en su obra toda la influencia «gaudiana», con sus líneas tan características.

Pocas personas saben que esta diadema porteña alberga un dormitorio y que en el último nivel se colocó un gran telescopio para la observación estelar; que la terraza que la circunda luce dos estructuras de hierro que representan, en escala, la Puerta del Dragón de la Finca Güell, en Barcelona, España, diseñada por Antonio Gaudí. Los ornamentos que se observan son réplicas exactas de los que embellecen la Casa Battló, otra magnífica creación del arquitecto español.

¿Cómo imaginar tanto simbolismo acumulado en una céntrica y ruidosa esquina de Buenos Aires? Sólo es necesario alzar nuevamente la vista hacia la cúpula para descubrir la respuesta
que, en homenaje al genial Gaudí, aparece escrita en catalán: NO HAY SUEÑOS IMPOSIBLES
.».

Fuente: www.secretosdebuenosaires.com

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