Luis (el Tano): Pochita, la tanguera… (I)

Pochita, la tanguera… (I)     Pochita, la TangueraHabía nacido en Núñez, calle 3 de Febrero por el 3200…
Le decían la Pochi.
En aquél tiempo aún había faroles en algunas esquinas, empedrados, buzones rojos del correo, los tachos de la leche en las puertas, y se escuchaban por las mañanas los familiares “sodero!.. hielero!…se afilan cuchillos!…compro trapos viejos!…

Era un barrio completo, no faltaba nada: el zapatero Gennarino, la tintorería del japonés, la librería el kiosco de las golosinas…la verdulería la carnicería la lechería la mercería con botones de nácar…era, hoy así se diría, una microeconomía digna y prósperamente humilde, substituida después, en los años con la macroeconomía, de los supermercados que acabaron con lo humano y con aquél microcosmos que hoy son paginas de historia…
Una de ellas es la suya, la de la Pochi.

Decía que bailaba el tango… que era insuperable, que Dios la había mandado sobre la tierra solo para ilustrar a los ignorantes sobre quiebres y revoleos, que por suerte el mundo era redondo porque sinó ella, de tanto milonguear, le hubiese gastado el piso…

Entraba ufana, guerrera, insolente, cabeza alta, orgullosa, vociferante y chamuyera, a los recintos de baile donde el tango era amo y señor.

Tentaré describirla, cuerpo y alma, como estaba vestida, digo intentaré pues no es cosa fácil leyendo éstas palabras imaginarla cual la realidad misma y Dios la habían cuajado y engendrado.

Para poder hacerlo, primero su descripción física constitutiva, su mole humana,…dice siempre mi mamma italiana que la felicidad es proporcional al peso físico…menos mal que Einstein anda en el mas allá ocupado con otras cosas porqué sinó se me baja del paraíso para darle allá mamma una lección de física “cuantistica”!

Andaba por los 112 kilos declamando que uno se engañaba, que era por la ropa…pero más que los kilos era el aspecto, hay mujeres gordas que las ves gráciles nobles e hidalgas…la Pochi era paquidérmica, tronco de roble y apocalíptica en su inconciente estructura cúbica, donde la relación ancho alto no cuajaba con ninguna formula conocida…

Apoyaba sobre dos sólidos quebrachos morunos de gambones que parecían añejos mostraban una celulitis compensadora para suavizarlos de tan cuadrados que eran… en lenguaje anatómico humano se las podía llamar piernas, en lenguaje ibérico jamones pata negra de bellotas, en lenguaje criollo jamones patagónicos no habiendo patas negras por estos pagos… su cintura, por proyecto divino, no existía formando un bloque único con tronco y barriga… ella decía mejor porque una no tiene desequilibrios y no corría el riesgo de romperse la columna en una pirueta…

Sus brazos eran una especie de versión femenina de salchichón parrillero mezclado con molleja blanda, elevado el todo a la enésima potencia carnal… con decir que un día en la carnicería ella apoyo sin querer el brazo desnudo sobre el mostrador (era ya veranito templado) de los cortes y mondongos y salchichones parrileros que un cliente que se declaraba ducho en la materia se lo oyó pegar el grito… ”nadie me toque esta morcilla gigante, la vi primero, me la llevo, después dicen que argentina esta en crisis…” y costó trabajo convencerlo que era el brazo de la Pochi, la cual lisonjeada con el piropo, lo quiso besar al corto de vista…

Decía,… ojo!… mejor no pelearse conmigo porque de un sopapo yo te mando a cantarle a Gardel (a quien otro sinó?…) y te reviro los dos cachetes como bolsillos de piruja!…

Su cuello no era taurino, era paquidérmico, con dobleces y triple mentón que al bailar se sacudía ora de un lado, ora para el otro, forjando la ilusión de tratarse de gelatina blanca siendo transportada sin cuidados… ella decía es mejor papada suelta que flaca desnutrida, ya la quisieran tener esas poligriyas del barrio norte, con los pobres maridos abrazando huesos de pollitos desnutridos… faltaría mas!…

Sus manos, una obra prima… suertuda mezcla de falanges falanginas y falangetas disfrazadas de morcillitas cuando andaba quemada por el sol en la playa, y la suerte era que siendo breves y cortas daban la imagen, a partir de la muñeca, de tratarse de una esfera humana carnosa y rechonchona con terminales puntiagudos.

Sus pies… esos pies que según ella eran el sueño e ilusión de muchas bailarinas clásicas en los templos de la lírica mundial… esos pies que según declaraba cuando bailaba el tango se oía desde lo alto un susurro y era nomás su ángel de la guardia que le estaba pidiendo con voz seráfica « báilame otro Pochi, otro !…” esos pies que seguía diciendo hasta Dios al terminar la creación al verlos juntos dijo a los apóstoles: miren nomás, esta es obra irrepetible y de tanta emoción dicen que se retiro un mes en una parte del jardín celestial para recuperarse preguntándose si aquél día estaba distraído o con abundancia de materia prima … pero otros dicen para esconderse del bochorno de haber desparramado todo lo que le quedaba de grasa en un solo ser…
Esos pies que ufana y alborotaba decía que el Colon quería pintarlos en una tela al óleo para exponerlos en la galería de los famosos….y era siempre el poligriyo del barrio que retrucaba que mejor exhibirlos en la Ganadera de Palermo o en el salón de cortes y cebos de la asociación nacional de carniceros unidos…

Pochita, la TangueraMas volvamos a sus pies y a su descripción…eran anchos, lo suficiente para soportar no solo su mole mas con un poco de fantasía, usarlos como pequeñas aplanadoras uso familiar a combustión de bajo costo…iniciaban desde los tobillos, dos potentes cilindros con repliegues carnosos que caían suavemente hacia los talones, el empeine era tan alto y macizo que desde chiquita en la playa la llamaban « lomitas de Olavarria »…los dedos, esos dedos…imaginen en dos platos redondos diez chorizos mal confeccionados porque eran tan anchos cuanto largos, uno junto a los otros sin separación de tanto relleno existente… decían las malas lenguas que hasta las lombrices al verse venir las dos aplanadoras levantaban la mirada al cielo pidiendo ser mariposas para volar huyendo declarando estado de calamidad publica…

Todo comenzó cuando a los ocho años la mamá la llevó al Colon a la escuela de baile para anotarla en el curso de danza clásica…dicen que cuando la directora vio las patitas las pantorrillas y los jamones de la Pochi parece que gritó “… por Dios sáquenla de aquí,… hasta Toscanini me da un roscazo si se entera!”…

Y así esa desgraciada directora marcó la suerte y el destino de la Pochi…por un lado la danza clásica que perdió tal vez la única bailarina que en vez de hacer llorar hubiese hecho proferir carcajadas en cualquier escenario del mundo, y por el otro el mundo del tango que sigue agradeciendo a aquélla directora haberle entregado la Pochi, y ya verán porque…

Me distraje un poco con tanto por describir, pero era importante para dar detalles de una morfología que pudiéndose confundir si uno fuese distraído con un cachalote, aún así era físico predestinado pues estaba llamada a dedicarse con amor al tango de arrabal…

Como estaba vestidita la Pochi…en eso andábamos…

Y era un día especial en el cual se estaba vistiendo, pues resulta que… En su casa todos habían colaborado, los vecinos también daban palpite y como en esos tiempos en Núñez nadie cerraba las puertas y ventanas en las casas del barrio, era una party pasión general… especialmente porque la Pochi se estaba preparando para el gran concurso que organizaba la “AHIJUNA”, asociación Hijos Ilegítimos Juntados y Unidos de la Nación Argentina… y aún cuando tenia padres legítimos, ella decía que era obra de bien apoyar con su arte y abnegación, regalo de dios, esa benemérita asociación humana… una asociación criticada y vilipendiada injustamente a nivel popular, tanto que se la apodaba escuetamente a causa de su largo nombre, como asociación de los hijos de pu..
Volvamos al cuarto donde la Pochi se esta vistiendo para el certamen que ya alcanzaba nivel nacional y era esta vez el turno de la AHIJUNA quien debía elegir sus parejas para las finales que serian finalmente en Buenos aires.

La Pochi pego el grito que anticipaba ya el espíritu dramático del bailongo y la esencia misma del tango: …Quiero vestirme como si fuese el ultimo tango que bailo antes de irme pà siempre…! quiero que me vean como una Musa que inspiró los versos de Carlitos (se refería a Gardel) …y quiero vestirme para dejar en silencio las plateas de medio mundo (el certamen era en Urdanpilleta, pequeña localidad agrícola escondida en la inmensidad del territorio patrio…)…y que nadie se atreva a detenerme..! ( y quien se le ponía por delante?…) un pendejo desde la ventana susurro: “…mas que musa me parece mussarela…” pero la madre lo escuchó y le largó un duro coscorrón gritando …mocoso insolente, mírala bien, que esta mujer así como la ves escribirá una pagina de historia…!

Sin saberlo, aquélla mamá fue la primera que veía mas allá del destino.

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