José Muñoz: Bar La Andaluza

Vivo allá lejos, París, y hace tiempo. Las fragancias del barrio Villa del Parque me invaden, embriagándome de inmenso. Qué lindo que fue ser pibe allí, parbleu! (concesión a mi presente galo).

He escrito otras cosas en el sitio Trascartón, sector Bar La Andaluza (Villa General Mitre lindando La Paternal), Av.San Martín y Camarones). Este bar perteneció a los Munoz hasta mediados de los ’50. Allí me divertí también, todo forrado en terciopelo.

Bueno, me pone de muy buen talante el escribirle, escribirles.

Estamos en contacto, les auguro lo mejor.

Ahora la dejo porque me está llamando mi abuela, escucha usted?
-Josesito, Josesito, donde estás?-

                         José Munoz

Transcribimos a continuación los recuerdos que el Sr. José Muñoz ha dejado en el sitio Tras Cartón en relación al Bar La Andaluza.

  • José Munoz 08-11-2012 22:47 Soy nieto de Don Cristóbal Muñoz, que fue dueño de La Andaluza hasta 1957, creo. Antes era una zapatillería, después fue zapatería y luego, en 1950/51, bar (se progresa, ¿no?), siempre con el mismo nombre. Don Cristóbal, andaluz de Málaga, emigró (y en parte, dentro de él, todos nosotros) a la Argentina, allá por 1910. José, mi viejo, y sus hermanos Andrés, Cristóbal, Carmen, la Negra, todos laburaron bajo su despótica dirección paternal. Allí en La Andaluza, de pibe, vi pasar a Carlos Dante, Julio Martel, De Angelis, D’Arienzo, Fidel Pintos, Alberto Castillo, entre nubes de humo y vermús con soda. Ah, La Paternal, Villa del Parque… el solcito en las vederas, las pibas… qué lindos recuerdos.  
  • José Munoz 09-11-2012 17:03 Mi viejo, José, pensaba que era sí un progreso pasar de una zapatillería a una zapatería, pero que pasar de una zapatería a un bar era mas bien una caída de incipiente status, que sé yo. El era diurno, en cambio el abuelo Cristóbal, Andresito y Cristobita eran nocturnos, joviales, milongueros. Don Cristóbal tuvo también una sucursal de la zapatería «La «Andaluza», dirigida por mi viejo, en el pueblito de Pilar. Eso era Pilar, un delicioso pueblito. Allí nos mudamos en 1947. En el 50/ 51, el abuelo Cristóbal, siempre a los gritos, obligó a mi viejo a venderla y con la guita conseguida abrieron el bar «La Marta» frente a la plaza del pueblo, siempre con mi viejo al timón. Allí solían dirimir rivalidades a trompada limpia los pesados de conservadorismo , del peronismo y del radicalismo. Lluvia de estrellas, mi viejo trataba de pararlos, en vano, todos en cana… cuántas veces le alcancé un plato caliente a la comisaría. Se lo veía callado y pensativo, no era para menos.  
  • José Munoz 09-11-2012 19:25 Lo que sí, en los bares hay mas entretenimientos que en las zapaterías, por lo que me acuerdo. La muchachada tanguera de los 40, qué espectáculo: trajeados en azules y marrones, con camisas verdecitas, celestes, rosadas, corbatas enjoyadas, medias con ligas, resplandores de engominada prestancia, zarzos de oro con piedras de ónix, o sino de un hipnótico bordó…las piedras mejores, para mí, eran las esmeraldas, con luz encerrada dentro que latía intermitentemen te…relojes de oro nuevo y viejo de los cuáles colgaban cadenitas de soles y crucecitas… carcajadas a granel festejaban las pícaras historias historias andaluzas que el viejo Cristóbal despachaba detrás del mostrador. Yo degustaba mi granadina. Hacía poco que se había ido Gardel, los bares y las calles pululaban de Gardelitos… el sol entraba atravesando el dibujo de la andaluza que lucía en la vidriera y, fragmentándose, repartía colores sobre colores, como un vitraux. Qué fiesta formal y contenutística, amigos del barrio!    
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