Hospital Doctor Pedro de Elizalde – Una obra que perdura

El Hospital doctor Pedro de Elizalde, un establecimiento más que centenario ya que fue fundado el 7 de agosto de 1779, por el entonces Virrey Juan José de Vértiz y Salcedo. En ese entonces se lo denominó «Hospital y casa de niños expósitos»; comenzando a prestar servicios asistenciales en un edificio situado en las calles Perú y Alsina; parte de un complejo habitacional que oportunamente perteneció a los desterrados jesuitas. Hoy el lugar se conoce como la «Manzana de las Luces».

  por Vigía
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En el mismo inmueble funcionó la Imprenta de Niños Expósitos, porque los beneficios que esta actividad producía eran destinados al dispensario del mismo nombre. 
 
 
El primer periódico que se editó en la Ciudad de Buenos Aires fue hecho en esta imprenta, se llamó Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiógrafo del Río de la Plata, e hizo su aparición el 1° de abril de 1801.
 
En junio de 1780 ingresa en el hospital la primera niña que fue abandonada en la puerta del mismo. Esta criatura fue bautizada con el nombre de Feliciana Manuela, lamentablemente falleció a los pocos días. En el período de diez años el dispensario albergó más de 2000 niños que eran abandonados en las puertas de las iglesias y en los umbrales de las casas, totalmente desprotegidos y muchos eran atacados por perros vagabundos. Reflejos de una terrible característica de la vida urbana de esos tiempos, donde la esclavitud, la compra y venta de seres humanos era una costumbre a todas luces detestable.
 
En el mes de febrero del año 1784 La Hermandad de la Santa Caridad, se hace cargo de la dirección del Hospital y se produce el traslado del nosocomio a otro edificio sito en Moreno y Balcarce, detrás del convento de San Francisco. 
 
En el hospital fue habilitado un aparato giratorio realizado en madera al que

Hospital Pedro Elizalde - Torno

 llamaban «torno» que funcionó hasta 1891. La madre dispuesta a desprenderse de su hijo manteniendo el anonimato, colocaba el niño sobre la rueda giratoria, esta al girar trasladaba la criatura al interior, donde era recibida por el personal e incorporada en el ámbito del hospital.
 
 
Grabada en el frente de esta singular noria, con seguridad dirigida a quien era capaz de abandonar parte de sus entrañas se leía esta frase: «Mi padre y mi madre me arrojan de sí. La caridad divina me recoge aquí».
 
En 1815 se designa como administrador del nosocomio a Saturnino Segurola, quien brega por un profesional médico permanente y una farmacia que provea las medicinas necesarias. En 1817 es nombrado médico de la casa El Dr. Juan Madera. 
 
El doctor Madera cumple con sus funciones y en el año 1818 es reemplazado por el doctor Cosme Argerich.    
 
Recién en 1873 el hospital fue trasladado hasta un nuevo edificio situado en la loma de Santa Lucía, hoy Avenida Montes de Oca, en el barrio de Barracas, construido en un terreno que fue propiedad de Doña Trinidad Balcarce, lugar donde existió su vivienda que fue destruida durante el sitio de Buenos Aires en 1852. 
 
En este terreno se construyó el entonces el «Sanatorio Modelo». Luego «Casa Cuna»  siendo sus directores, a partir de ese período, los doctores Juan A. Argerich, Juan M. Bosch y el doctor Ángel Centeno, que fue quien obtiene en la «Casa Cuna» la primera radiografía pediátrica en el país.
 
Un estudio realizado por la junta de estudios El Seminario, nos dice: La cantidad de abandono de criaturas se agudizó de manera importante después del año 1883, cuando por primera vez en el lapso de un año, más de 500 niños fueron dejados en la Casa de Expósitos de la ciudad.
 
En seis años el número se había duplicado. El porcentaje aumentaba en una manera similar al porcentaje de nacimientos de hijos legítimos, aunque estos últimos eran aún más numerosos, llegando a mil por año en 1879 y, llegado a 2.798 o al 12.6 por ciento de todos los nacimientos en 1889. Después de 1900 la proporción de nacimientos ilegítimos creció a un 15 por ciento de los nacimientos legítimos.
 
El doctor Pedro de Elizalde ingresó al hospital en 1903, cumpliendo múltiples funciones además de las que le competían por su calidad de médico. Fue organizador y autor, a él se le debe la fundación para instalar sus residencias de la escuela de enfermería y la profesionalización de las egresadas ya que el título obtenido, a instancias suyas, era reconocido por la facultad de medicina. 
 
Organizador de la escuela de madres, celoso vigilante de las «dadoras de leche», organizador del servicio médico social y además con dedicación exclusiva durante gran parte de su vida. Desde 1935 hasta 1946 ejerció la dirección del hospital. En 1961 se le impone al hospital el nombre de Doctor Pedro de Elizalde. 
 
Un compendio de la rica historia de este establecimiento sanitario dedicado a la pediatría que es el más antiguo de América latina.
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