Cristina Suárez: El barrio olvidado en el Sur

Barrio querido de Barracas donde nunca se agotaba el trabajo y la voluntad de tu gente, fuiste creciendo poco a poco y te llenaste de anécdotas.

Un día le abriste los brazos a un montón de inmigrantes que en tus esquinas y bares compartieron sus historias, mezclaron sus culturas, sus tradiciones, su sangre europea con la criolla y te regalaron hijos.

En tus esquinas se estrecharon en un abrazo el arte y el arrabal, naciste marginal, pero tú calle Larga, hoy Avenida Montes de Oca, te llenó de magia, las pulperías, las fiestas patronales de Santa Lucía, las carreras cuatreras, engalanaron tus calles y en cada una de ellas, un trovador enamorado te dedicó una serenata de amor.

Hoy los hijos, nietos y bisnietos de aquellos hombres fieles que tanto te amaron y que te hicieron crecer, van sembrando en tus adoquines las vivencias recibidas.

Pensar que naciste con el esfuerzo y el trabajo de tu gente y hoy, las sirenas de tus fábricas calladas, son testigo de un barrio olvidado en el Sur. 

Historias tejidas

                  Por Cristina Suárez

En aquellos tiempos
de pasados siglos
en la calle Larga
se escribía la historias.

Pasaban carretas
con ruedas de barro
y en tu larga calle
dejaban su huella.

Poetas y artistas
volcaron pasiones
con sus plumas llenas
de amor e ilusiones.

Y los trovadores
en noche estrellada
te ponían música
y también
payadas.

No te faltó nada,
las serenatas
detrás de las rejas
ni la luz tan tenue
de la madrugada

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