Manzi festeja en el Sur por Ricardo Lopa

Homero Manzi
Homero Manzi

– Che Homero, te manyo, vos que pateaste el Sur, desde Boedo a Pompeya, previo paso por Chiclana y Patricios, me batís que venís tu cumple a festejar, ¡en cuál boliche!, dale tirá.

Me fichás, relojeas puntillosamente, de ajoba a la azotea, asentís con la zabiola y batís;

– llegado de mi Añatuya natal, me atornillé bien de pibe en Garay Danel, y por cercanía el feca de Boedo y Pavón, era mi parada habitual (Lioi, Clarín, 19/2/98. González Toro) 

En los naipes no era bueno, pero al billar me la rebuscaba, bueno cuando podía jugar, pues había uno solo con ventana al boulevar de Pavón.

“La tarde está muriendo detrás de la vidriera
y pienso mientras tomo mi taza de café. 

Desfilan los recuerdos, los triunfos y las penas,
las luces y las sombras del tiempo que se fue…” (“Mi taza de café”. Tango. Manzi – Malerba, Alfredo)

–  Che Homero, entonces esa fue tu Esquina 

– No jodas, esa fue la matinal, la primera con los largos recién puestos. Luego vinieron otras. Cuando pude rajarme solari y vincularme con la muchachada tanguera de boliche de San Juan y Loria, el de Carpintero. Lo frecuentaban Cátulo Castillo, Sebastián Piana, Julián Centeya, entre otros.  

– ahora recuerdo, que el tano Julián te tiraba la bronca 

– ah, estas en la pomada. Bueno, la cabrón del italiano venía de imputación por haberme piantado a hacerle compañía  al Chiba, sin haberle hecho un tango al Carpintero 

– ¿estaba en la justa Julián? 

– en algo, pues un tango tuvo su origen en un parroquiano cieguito que tocaba el violín para hacerse de unos morlacos, que puntualmente, con su lazarillo arrimaba todas las noches al feca.

“Con un lazarillo llegás por las noches
trayendo las quejas del viejo violín,
Y en medio del humo parece un fantoche
tu rara silueta
de flaco rocín. 

Puntual parroquiano tan viejo y tan ciego…

 

A ver, viejo ciego,
tocá un tango lerdo
muy lerdo y muy triste
que quiero llorar ” (“Viejo Ciego”, tango. Manzi- Cátulo Castillo- Piana)

– Pero che Homero, tengo entendido que la esquina de Julián, era también un poco tuya.

– Te bolacearon purrete, la de Boedo y Rondeau, ahí de Chiclana, era solo del Tano, el quía la iba de invitado.

– tengo entendido que la inspiración de un tango tuyo surge de chamuyar con Julián, feca de por medio, en dicha esquina, boliche La Puñalada

-ah, te referís, a mi Malena”. No la mía apunta para otro lado, no obstante, y quizás instintivamente, al transitar por el boulevar de Chiclana, y de parla en el boliche con el amigo, recordé a la Esthercita de la que todos hablaban, de María Esther Dalto, domiciliada en Chiclana al 3100, y me mandé mi propia heroína del arrabal, Malena, que tiene su génesis en una voz lejana en un país vecino, añoranza de por medio.

“Malena canta el tango como ninguna
y en cada verso pone su corazón. 

A yuyo del suburbio su voz perfuma,
Malena tiene pena de bandoneón…” (“Malena”, tango. Manzi-Demare, Lucio)

-Che Homero, también solías rumbear para el Parque Patricios

– por Corrales se me arrimaba un ser diminuto y de prominente napia, pero con un corazón inmenso, que supo vivir por Rioja, tirando p’ Chiclana. El de la “ñata contra el vidrio..” y ahí nuestro “Cafetín de Buenos Aires”, el Benigno de Rioja casi Caseros y el que te jedi, prototipo del hincha.

¿Es que el Café Benigno, desde cuyo palco molía tangos el bandoneón de “Arturo La Vieja…” (“Treinta años de recuerdos…” en Poemas, prosa y cuentos cortos de H.Manzi, recopilados por Acho Manzi, Corregidor)

“…La gente se te arrima con su montón de penas
y tú las acaricias casi con temblor;…

..¿No ves que están bailando?
¿No ves que están de fiesta?
Vamos, que todo duele, viejo Discepolín…” (“Discepolín, Tango. Manzi-Troilo)

– Homero, ¡Pompeya! ¡tu Pompeya! 

– el internado del Luppi, Centenera y Esquiú y ahí Tabaré, me deparó relaciones y afectos, que luego se transformaron en añoranzas. Otro tiempo, otra muchachada, “Viejos amigos que hoy ni recuerdo, que se habrán hecho, donde estarán”, Pancho Rabanal, Sadi Mozo. ¡Oscarcito Musladino! Minga laburo, el porteño mano blanca hijo del herrero, luego bautizado en yobacas.

“…¡Porteñito!…¡ Manoblanca!…
Vamos ¡fuerza, que viene barranca!
¡Manoblanca!…¡Porteñito!
¡Fuerza! ¡vamos, que falta un poquito!
¡Bueno! ¡bueno!…¡Ya salimos!
Ahora sigan parejo otra vez
que esta noche me esperan sus ojos
En la Avenida Centenera y Tabaré …” (“Manoblanca” Tango. Manzi-De Bassi)

-por ahí andaba la rubia

– no, como te batí, ahí tayaba el herrero Antonio Musladino y su hijo, el que le escapaba al yugo.

“…la esquina del herrero, barro y pampa…” (“Sur”, tango, Manzi-Troilo)

– la minita, Juana, la rubia que tanto amé, la esperaba recostado en la vidriera en el almacén de doña Ángela, Centenera y Corrales, donde los sapos redoblaban en la laguna.

“…Barrio de tango, que fue de aquella,
Juana, la rubia, que tanto amé..”  (“Barrio de Tango”, tango. Manzi-Troilo)

“…Sur, una luz de almacén
Ya nunca me verás
Como me vieras, recostado en la vidriera y esperándote”…(“Sur”, tango, Manzi-Troilo)

“…Y los sapos redoblando en la laguna
y a lo lejos la voz del bandoneón…”(“Barrio de Tango”, tango. Manzi-Troilo)

-entonces en Pompeya, fueron un par de esquinas 

– vos lo dijiste pibe, pero, agregale al El Buzón, el metejón

…Pompeya y, al llegar al terraplen,
tus veinte años temblando de cariño
bajo el beso que entonces te robe. ”…(“Sur”, tango, Manzi-Troilo)

– che Homero, sin proponerlo, dejamos para el final 

– la frutilla del postre, San Juan y Boedo. El Japonés, como le decíamos la muchachada al boliche, fue mi esquina militante. Ahí, nos reuníamos los radicales yrigoyenistas. Nos trenzábamos araca con araca y chamuyo con chamuyo, con Polo, si Arturo Jauretche. 

– el que te jedi anduvo diciendo, que vos a pesar de ser más joven le hiciste comprender la causa nacional y popular del Peludo, ¿es verdad? 

– el quía era muy humilde, me endilga lo que el siempre etiquetó, el sentido nacional. Simplemente le reforcé algunas ideas. Que Esquina, a unos pasos el Teatro Boedo, donde FORJA el 2 de julio del ’35 hizo su presentación en sociedad, y me cupo el honor de mandarme el primer discurso.

– y primero fue un simple Esquina de cotidiana concurrencia

“San Juan y Boedo antigua
Pompeya y más allá la inundación…

– que luego Homero, la jerarquizaste con tu Sur para que Boedo se independice como Barrio,

San Juan y Boedo antiguo, cielo perdido,
Pompeya y al llegar al terraplén”…(“Sur”, tango, Manzi-Troilo)

– Che Homero, te manyo, pateamos el Sur, desde Boedo a Pompeya, previo paso por Chiclana y Patricios, dale batime, en qué boliche festejamos el cumple.

– bueno pebete, ya que andamos por acá te invito un cortado en el Japonés

– ¡se jugó el hombre! Pare la mano tayador, hoy invitó yo, a lo grande a de ser y un champú hemos de beber. El Nippón partió, ahora tenemos uno que supo por acá arrimar, se llama Homero Nicolás, ¿le suena por casualidad?

– Mis ciento tres vine a esta esquina de Boedo a festejar, es 1º de noviembre y no la puedo olvidar, pero con una condición

– ¿cuál?

– si toca Pichuco y canta Floreal

Ricardo Lopa
contacto: [email protected]
Boedo 2010

 

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